miércoles, 29 de diciembre de 2010

Feliz año nuevo para el Auditorio

Ya falta poco para que empiecen a sonar las campanadas que anunciarán el inicio de otro año, y este colaborador quiere aprovechar la oportunidad para desearles a todos los participantes del blog y del Face una nueva década llena de satisfacciones.

En lo personal, el año que viene se antoja lleno de interesantes desafíos y buenos prospectos. Pero hay una cosa que me falta: más y mejores razones para esperar que en el 2011 podremos celebrar el fin de la ocupación ilegal de nuestro auditorio.

Diez años, creo yo, son suficientes para demostrar la irracionalidad y la esterilidad de un "proyecto" -por decirle de algún modo- que nunca dio muestras de ser otra cosa que el producto de un acto de vandalismo, y de las ganas de hacer política gandalla de parte de unos cuantos.

Intentar, a estas alturas, justificar la "labor" de la okupa es un ejercicio de ciega terquedad que sólo puede poner de manifiesto la peor de las inercias mentales: "lo que haga la okupa está bien porque son los buenos, aunque no haga nada".

Hay otras muchas victorias que me gustaría ver que los "activistas" intentaran alcanzar: abrir nuevas líneas de investigación, publicar libros, crear serios grupos de estudio... Demostrar, vaya, que tienen suficiente sal en la mollera como para "okupar" a la Universidad -intelectualmente hablando- y convertirla en la punta de lanza ideológica de la nueva revolución global.

Pero, si van a continuar vendiendo cafecitos, artesanías espurias y comida corrida chafa (lo cual equivale a aceptar que, en realidad, no pueden con el paquete), entonces es mejor que devuelvan las instalaciones. Para hacer lo que hacen, hay bastantes cruceros en la ciudad.

Y para los okupas que aun conserven alguna clase de compromiso auténticamente universitario, les deseo que el próximo año les depare muchos éxitos en sus carreras. Y que ojalá puedan entender que yo no deseo que cambien sus ideales, sino que consideren que lo mejor que pueden hacer por ellos no es seguir atrincherados en un cubículo, sino ser parte de una nueva generación de profesionistas, bien preparados para todo, hasta para cambiar al mundo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Pública, pública; pero no tanto (dice la Okupa)

La pregunta que hoy, otra vez, me hago es: ¿por qué, quienes no estamos de acuerdo con los postulados ideológicos de la okupa, tenemos que hacernos cruces pensando cómo recuperar lo que sabemos que pertenece a la UNAM?

Un principio de respuesta iría, creo, por el lado de que hay quienes se niegan a aceptar que aquello que se dice que "es de todos" (en el sentido de que es un bien público) no es, en realidad, propiedad exclusiva de nadie.

En otras palabras, estamos hablando de una propiedad "institucionalizada", cuyo uso tiene que estar sujeto a una serie de reglas muy claras, cuyo propósito es asegurar que su utilización reporte un beneficio social, lo más amplio posible.

En el caso particular del Auditorio Justo Sierra, las reglas a que hago referencia están contenidas en los estatutos universitarios, los cuales, por supuesto, no niego que sean perfectibles; pero considero absurdo pensar que, para hacer más "público" un edificio que ya lo es, haya que empezar por privatizarlo.

Y el hecho de que la Okupa alegue ser "más papista que el Papa" (es decir, más "pública" que la Universidad) no hace mayor diferencia: en último análisis, son un grupo de particulares, quienes, a título personal, proponen un uso alternativo del inmueble.

Las honduras ideológicas de los autores del despojo pueden ser tan profundas como el piélago más insondable de la historia de las ideas; pero nada de eso basta para negar que, a trancas y barrancas, y de la manera más "burguesa" e imperfecta que gusten y manden, la Universidad Nacional Autónoma de México es, desde hace muchos años, pública.

Sí, es cierto que hay quienes tienen más oportunidades de recibir y aprovechar los servicios públicos que ofrece la UNAM; pero eso no es culpa de la institución, y es situación que no se va a arreglar "okupando" sus espacios. La "culpa" de la Universidad es ésta: ser una universidad, un lugar donde el que puede (en todos los sentidos) se va a nutrir del conocimiento acumulado de la humanidad, y luego, si demuestra aptitudes, puede incrementar ese caudal.

"Para todo lo demás", como dice el comercial, está el congreso, los partidos políticos, los sindicatos y demás etcéteras.

Vuelvo a lo mismo: yo no veo la lógica en proponer terminar con una "dictadura" sustituyéndola por otra, cuando lo que nos interesa es (si es que eso es lo que de verdad nos interesa) acabar con todas las dictaduras. Sobre todo cuando, como ahora, nos queda claro que toda dictadura tiene por costumbre generar una aristocracia y, luego, vuelta a empezar -el "fenómeno Napoleón", por así decirlo-.

En este momento, tenemos un auditorio invadido por personajes que, unos más y otros menos, se creen Napoleón; lo cual es, definitivamente, una locura. Y yo, la verdad sea dicha, no soy tan optimista como Settembrini, ese personaje de Thomas Mann que consideraba que se podía "dialogar" con la locura hasta hacerla entrar en razón.

Si la Okupa ya decidió que no va a negociar los términos de su salida, allá ellos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sobre la base estudiantil que apoya a la okupa


En esta entrega el Dr. Ambrosio Velasco manifiesta su punto de vista respecto a la base estudiantil que apoya a la "okupa".
Al final del video recibe respuesta por parte de Chalito.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La policía en la otra esquina, por favor

Me parece que es necesario, de tanto en tanto, volver a subrayar el punto: ese esloganísimo tan querido por los aktivistas y simpatizantes del "autonomismo" universitario que reza "Dile NO a la policía en la UNAM", es la expresión sintética de una concepción (errada, en algunos, perversa, en otros) de la Universidad como ente extraterritorial (y, a veces, casi ultraterrenal), donde no aplican ni las mismas leyes naturales, ni las mismas reglas constitucionales que en el resto del país.

Tal vez, si lo que estuvieramos proponiendo, fuera contar con la presencia de un oficial armado en cada salón de clases, las 24 horas del día, yo podría entender las objeciones de los "libertarios" a ultranza. Pero, por supuesto, nadie está hablando de eso.

De lo que sí estamos hablando, es del hecho irrefutable de que la UNAM contiene, y es en sí misma, una enorme riqueza patrimonial que es propiedad del estado mexicano. Y tiene, además, la obligación de proteger y hacer buen uso de dicha riqueza.

Al parecer, la autoridad universitaria (con el gracioso -vaya chiste- consentimiento del sindicato) ha decidido sustituir -de manera que me parece injustificable, legalmente hablando- la presencia de los cuerpos policiales preventivos con una corporación de vigilancia interna: la famosa "Seguridad UNAM"; con lo cual, entre otras cosas, ha logrado solidificar aun más la ficción de que los universitarios vivimos en una burbuja de impunidad.

¿Estoy proponiendo que a los okupas "les echen la policía", por usar su colorida expresión -una de las tres que contiene su vocabulario-? Por supuesto que sí, y estoy en todo mi derecho de proponerlo, además, simplemente porque para eso existe la policía, para ir a poner orden donde la propiedad privada de cualquier ciudadano, o la propiedad pública de todos los ciudadanos, esté siendo atacada.

Claro, los abusos de la autoridad no son cosas que se deban tomar a la ligera; pero tampoco hay razón, ninguna en absoluto, para tolerar los abusos de la ciudadanía, por más universitaria que esta sea.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Unos días antes de la asamblea

Afilando sus argumentos -cual puñales-, los delegados estudiantiles esperan -tallando la hoja contra el esmeril de su creciente descontento- el día del "diálogo público" a tres caídas, sin límite de tiempo, con las autoridades. Esperan un combate formidable. La victoria definitiva, esperan.

Risss. Raz.

Quizás deberían escribir un soneto; aunque dudo que tengan tiempo para líricos caprichos literarios, pues los delegados del naciente movimiento seguramente apenas tienen tiempo para hacer todo lo que se requiere para mejorar la calidad de vida de los estudiantes universitarios.

¡Y se requieren tantas cosas para que uno pueda estudiar como dios manda!: comida, libros, copias (pero no cámaras de seguridad). Además, hacen falta mayordomos sindicalizados (graciosa concesión a favor de quienes nacieron para servirnos) que le limpien a uno los excusados, le saquen las copias, le preparen la comida (y se la sirvan) y den servicio en la biblioteca (pero que no le obstaculicen a uno su sagrado derecho de hacer lo que le dé la gana).

-El subjuntivo Credo Revolucionario, al parecer, sólo contiene oraciones medio pasivas y pronombres (o prohombres) no reflexivos-

Por fortuna, los delegados aun no se han percatado de que existe otro mundo de cosas que se necesitan para formar, no sólo a un buen profesionista, sino, en general, un ser humano decente. Cosas como cultura, responsabilidad, capacidad argumentativa, conciencia crítica, nobleza, honorabilidad... Porque, puede ser que uno no nazca "malo"; pero tampoco se hace uno bueno de la noche a la mañana,por ejemplo, cuando es admitido en una escuela de estudios superiores, por obra y gracia del Espíritu Santo.

Y digo que es fortuna, porque, de haberlo descubierto ya, esos pobres delegados estarían hoy al borde de un colapso nervioso, porque no hay amito que pueda mandarle a sus sirvientes, por más numerosos y sindicalizados que sean, que vayan, encuentren y le traigan ninguna de estas cosas.

Sin embargo, dicen los delegados, es necesario empezar por lo básico: "primero, que nos traigan la comida, los libros, las copias y los mayordomos agremiados, y después vemos qué onda con lo demás".

Yo dudo de la racionalidad del orden de sus factores: si le sirvo un plato de huevos rancheros, muy temprano en la mañana, antes de que se vaya a sus clases, a un mal estudiante, ¿puedo confiar en que va a convertirse en un buen alumno, digamos, a eso del mediodía?

Puesto de otra forma, ¿no sería más justo distribuir el subsidio que se pide entre quienes de verdad necesitan ayuda extra para hacer bien su trabajo, que es estudiar?, y ¿no sería más útil hacer del plato de sopa un incentivo para "activar" a todos aquellos alumnos que necesitan un "empujón" para cumplir con sus responsabilidades?

Y es una pena que tantos universitarios vivan convencidos de que es de fascistas hablar de disciplina, orden, responsabilidad. Y es una pena, también, que tantos universitarios vivan convencidos de que la mejor universidad es la que da más y exige menos. Y es una pena que tantos universitarios vivan convencidos de que ser joven -con perdón- es estar condenado (temporalmente, al menos) a ser pendejo.

En todo esto, sin embargo, se equivocan; sobre todo, en lo último: yo he tenido la fortuna de conocer a muchas personas, incluso muy jóvenes (y algunas muy viejas), críticas, inteligentes y discusitivas.

¿"Puros derechistas", dijo usted, señor Delegado? Ja ja ja, se equivoca una vez más: los hay, por si no se había dado cuenta, de todos los colores del arcoiris. Será que escasean en los círculos que usted frecuenta, y por eso tiene ideas tan simplistas a propósito de la naturaleza del hombre.

La complejidad humana, la suma de nuestras impredecibles e irrepetibles individualidades, es un tesoro, un legado que ha sobrevivido a todo: guerras, catástrofes naturales y tiranías de muy variada especie. Y a un sinnúmero de asambleas, también.

Dice el "movimiento" que su objetivo es luchar contra la pobreza, combatir la injusticia, acabar con la desigualdad. En otras palabras, quiere reformar a la humanidad, convertirla en una especie incapaz de crear o causar ninguna de esas cosas. Facilitarle (con un plato de sopa, unas copias y muchos sirvientes) su tránsito hacia ese estado (o Estado) en el cual nadie volverá a "portarse mal". Aunque el hecho es que el hombre amará y odiará, activa y alternativamente, su humanidad hasta el fin de su historia.

Pero el movimiento quiere convencernos de que puede hacer algo al respecto, armado con un puñado de patéticas reformas.

Mas el ser humano no es un producto rediseñable. Lo cual significa, en primer lugar, que tenemos que aprender a aceptar lo que somos y lo que hacemos, sea "feo" o "bonito", sea "malo" o "bueno".

Y, en segundo lugar, que lo único que podemos realmente hacer por nosotros es aprender a explotar mejor las capacidades que tenemos. Una en particular: la conciencia. Debemos crear las condiciones para que cada vez más sujetos puedan percibir y explorar la red que conecta a todos con todo. Una parte de esas condiciones son de naturaleza, digamos, "física" (la torta, los libros, las copias). Pero las hay otras, no menos importantes, de otra clase, como el orden y la disciplina, la exigencia y el compromiso.

El movimiento está pidiendo más facilidades para los estudiantes. Pero las facilidades, en ausencia de orden, disciplina, exigencia y compromiso, no son otra cosa que lujos, caprichos, prebendas.

Y ellos lo saben.

Manifiesto unitario

I.

(A propósito de la reciente encuesta de cinco puntos realizada por la asambleaffyl)
Yo, que soy una sola persona, y no mil setecientas cincuenta y cuatro (pero tan universitario, al fin y al cabo, como -creo- cualquiera de ellas), digo: estos resultados tienen tanta representatividad, como legitimidad tiene la "Asamblea FFyL". Es decir: ninguna.

Al menos para mí, que, repito, me asumo como uno, y no mil setecientos cincuenta y cuatro.

Y, lo que es peor, este "ejercicio" no puede siquiera presumir de tener congruencia; porque, en la opinión de este "desensamblado", aislado, a-representativo "yo", no hay nada más incoherente que el discurso que habla exigencias mientras calla responsabilidades.

Demande la "ASAMBLEA FFyL" (tan mayúscula, tan nutrida) lo que quisiere; pero que quede claro que no hablará por mí. Eso, jamás.

II.

Para la "ASAMBLEA FFyL" yo no cuento: no soy "sí", ni "no", ni "no sé", ni "nulo". Soy -si lo pueden entender- lo que está fuera del "TOTAL DE 2037 VOTOS" (rojos, rotundos, mayúsculos).

Vengo después de sus prolijas sumas y restas. Fui antes de sus convocatorias. Estoy, sin duda, por debajo de sus espectativas y me estimo por encima de sus consignas.

El punto ciego de sus análisis: no me pueden ver, pero, desgraciadamente, existo.

III.

Este manifiesto fue aprobado, por una/nimidad, el 17 de octubre de 2010, y ratificado hoy por la mañana, justo antes del desayuno, y no pretende representar el sentir de ningún colectivo; aunque, quizás, pueda ser su mensaje compartido por otros universitarios. Tal posibilidad no se descarta.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La fuerza de la ley y la ley de la fuerza

Este comentario es una respuesta a dos anónimos enviados a la entrada La okupa no está justificada, publicada por El Jefe el 3 de noviembre. Y aunque de primera instancia podría parecer que yo debí haberme limitado a añadir estas opiniones a la cadena de mensajes de la dicha entrada, espero que los lectores de este blog encuentren justificada mi decisión de redactar una nueva, dada la relevancia que, en mi opinión, tiene el asunto que voy a tratar.

Dice el primer anónimo: "Ya es hora de recuperar el Auditorio, pero sin violencia. Somos más", después de aplaudir el que "Ambrosío" "no busque la confrontación". El siguiente anónimo (que parece ser del mismo autor, aunque ahora la nota está "firmada" por "Josè L") "reitera": "¡somos más! ¡somos universitarios! queremos a la Universidad y nosotros mismos podemos sacarlos" (mis negritas), y termina recalcando: "es hora de actuar sin policía, bombas, porros, armas, ejércitos... siempre seremos más".

A partir de estos ejemplos -y de otros que podemos encontrar en discusiones pasadas en este blog-, es fácil descubrir que estamos ante un viraje argumentativo que señala la adopción de una (relativamente) nueva táctica por parte de los simpatizantes de la ocupación.

El primer punto de la nueva agenda es, indudablemente, "homologar" el uso de la fuerza pública con las ideas de "violencia", "ataque", "agresión", con el objetivo de "disuadir" a todos aquellos que consideramos que la intervención justificada de la policía en un caso como el de la ocupación ilegal del Justo Sierra (la flagrancia del delito creo que es observable -como perceptible es la fragancia de la okupa- a kilómetros de distancia), está en las antípodas de la "barbarie", el "salvajismo" y el "espíritu anti-universitario" que aterroriza -según ellos- a los anónimos pacifistas.

En segundo lugar, el nuevo "plan" busca animarnos a hacernos justicia por nuestra propia mano, y organizar un asalto popular al Palacio de Invierno de la okupa, seguido de un linchamiento de "activistas", cuyo éxito está garantizado, claro, porque "siempre seremos más".

En resumidas cuentas, se trata de una vulgar provocación.

Por supuesto, no se me escapa que "Josè L" dice que "[a]hora sólo hay que demostrarles en que estado tienen el Auditorio, sus malas actividades, su lucro, sus mediocres actividades lucrativas". Ciertamente, si tomáramos esta propuesta fuera de contexto, quizás la única crítica que podría hacérsele es la de señalar su inocencia, pues, como dice el refrán, "no hay peor sordo que el que no quiere escuchar", y vaya que los okupas se han preocupado de llenarse de cera las orejas (o se han cuidado de no sacársela). Sin embargo, no hay nada inocente en este tan civil llamado; antes lo contrario: de lo que se trata es, otra vez, de enredarnos en una infinita serie de "discusiones" con los culpables del despojo, para que esos sujetos puedan tener oportunidad de seguir distribuyendo sus proclamas, al mismo tiempo que se las dan de "democráticos". Negocio redondo.

Y no voy a pedir que nadie se engañe, porque no creo que alguien pueda caer en una trampa tan barata. Lo que sí voy a pedir, de nuevo, es que se acaben los anónimos.

jueves, 28 de octubre de 2010

Un "no" (aunque sea uno) es demasiado

Sociócrates: Les queda claro que somos mediocres. ¿No es cierto?
Trashímaco (por todos los buenos): Sí.
Sociócrates: Les queda claro que somos cobardes. ¿Me equivoco?
Trashímaco (por todos los correctos): No.
Sociócrates: Les queda claro que somos poquitos. ¿Es así?
Trashímaco (por todos los sanos):Por supuesto.

Muy bien: está claro. Todo está muy claro. Pero, a mí me queda una duda (esto lo dice "Leyva", o Leyva, o "yo", o alguien): ¿por qué se preocupan tanto por lo que dicen unos cuantos cobardes, un puñado de mediocres, media docena de insulsos?

Sólo puede haber una razón: porque, para ellos, con uno sólo que piense diferente, es demasiado.

("Alguien" pasa la cicuta).

Un solo universitario "panista" es demasiado. Un solo universitario en contra de la okupa es demasiado. Un solo universitario que "denigre la otredad" -SILOGISMO ALERTA SILOGISMO ALERT...: si la okupa son los Otros, no hay otros "otros" ...A- es demasiado.

"Demasiadooo" (no lo pueden creer). "De ma sia do" (se atragantan). "¡Demasiado!" ("¡saquen a los niños, por favor! Mujeres y ancianos, primero").

Unanimidad + uniformidad + univocidad = universidad. El álgebra diáfana del progreso ortogonal. Pitagorismo político: "sólo se permite sumar conciencias con números reales; se prohibe sacar raíces cuadradas de números ideológicamente irracionales. Sopa del día: fideos".

"¿Dos se puede, señor fiscal?" "No, señor Falsósofo: 'dos', es demasiado".

Y no ser "uno" con la "mayoría" es peligroso, porque uno se hace automáticamente culpable de todo lo que la "mayoría" detesta: uno es filopanistacriptopriistaprotoperredistamediocretontolimitadomiopeintolerante nazifascistaburguésdesclasado"de derecha"(o "de Derecho")conservadorporfirianoestalinistafranquistapapistajudas(o judío)herejeysantiguado.

Y, lo peor, le va a las Chivas. Y eso está de Pánico (por ungulado).

Será por eso que democracia sólo hay una. Será por eso que como la UNAM no hay dos ("No puede haberla, no lo permitiremos").

La Asamblea Ática ya dio su veredicto. Se levanta la sesión.

Ahora, cantemos todos el himno monódico de la Revolución, Única e Indivisible.

sábado, 23 de octubre de 2010

¿Qué se ha hecho por tratar de recuperar el Auditorio Justo Sierra?





En esta entrega, el Dr. Ambrosio Velasco relata las acciones que durante sus gestiones como Director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM fueron promovidas con el fin de acondicionar el Auditorio Justo Sierra y abrirlo al uso de la comunidad universitaria.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Para despejar una ecuación...

(hace falta una poca de gracia, y otra cosita)

Reivindicar está de moda en la UNAM, todos lo sabemos; y para lograrlo se organizan asambleas, encuestas democráticas y diálogos públicos; se avientan piedras, se echan choros y se pegan carteles chicos y grandes, escritos con tintas de todos los colores del arcoíris. Pero, ¿con qué se come eso de "reivindicar"?

Dice el diccionario de la RAE que "reivindicar" es "reclamar algo a lo que se cree tener derecho" (mis negritas).

Me gusta la definición, y en torno a ella haré mi comentario.

Obviamente, lo que le pone sabor a esta definición es la sugestiva perífrasis verbal "creer tener"; porque una cosa es que a uno le parezca que tiene derecho a esto, a aquello y a lo de más allá, y otra, que puede ser muy distinta, que uno tenga argumentos para probarlo.

Tomando esto en cuenta, me parece que es claro que el orden de los factores de la "ecuación reivindicatoria" definitívamente afecta el producto, y dicho orden es el siguiente: primero, demuestro que tengo derecho de recibir algo, después, lo exijo y, por último, recibo una respuesta. Después, si la respuesta es negativa, entonces armo un alboroto de los mil demonios.

Ahora bien, en el caso concreto de las recientes peticiones estudiantiles, lo que los solicitantes tienen que demostrar es su derecho a que la UNAM les dé todo lo que están pidiendo.

Recalco: la UNAM.

Y hago esta aclaración porque, si lo que quieren es recibir comida, fotocopias y hartos libros, a precios ínfimos o, de plano, de gratis, por la sencilla razón de que existen; entonces, tengo que decirles que le están ladrando al árbol equivocado: esa obligación -si es que la hay- le corresponde a sus padres o tutores (o a ellos mismos, si deciden aceptar la misión). PERO, si insisten en que es la UNAM la que tiene que soltar el dinero (porque ellos son sus "estudiantes"); entonces, tenemos que considerar un par de cosas, antes de ponernos exigentes.

Para empezar, la UNAM no está obligada a darnos nada que no tenga relación directa con sus objetivos; lo cuales, en tanto que institución de enseñanza superior, se resumen en formar profesionistas de alto nivel.

Por otra parte, la UNAM no tiene hijos que mantener, ni puede tenerlos (mas que en sentido metafórico), por razones que me parecen evidentes.

Aclarado estos puntos, podemos proseguir. Si lo que se pretende es que la institución nos dé algo (comida buena, bonita y barata, por ejemplo), primero hay que demostrar que, al hacerlo, va a conseguir que sus objetivos se cumplan de manera más eficiente. Y no nos dejemos engañar con la lógica simplista de que "si el estudiante no come se muere"; porque alimentar a x o a y es cosa que no le compete a la Universidad, como ya hemos dicho; mientras que darle de comer a x o a y EN sus instalaciones y a SU costa, sólo se puede justificar si demostramos que, al hacerlo, está mejorando su rendimiento, como institución. Además, ojo, no hay dormitorios en CU, así que no hay peligro inminente de que algún estudiante perezca por inanición: los que vemos en el campus, de alguna forma se las están arreglando para comer.

Pero demostrar que los estudiantes necesitan aun más apoyos de los que ya reciben sería muy sencillo: bastaría con que los "colectivos" utilizaran su fabulosa capacidad organizativa y, durante un par de años, combatieran la deserción y el ausentismo, y aumentaran promedios e índices de titulación, con sus propios recursos.

Las consignas -ya que están tan acostumbrados a ellas- no podrían ser más simples: cuando puedas, comparte la torta, invita el café, rola el libro. Si alguien puede llevar una laptop, que la preste un rato (total, el internet, gracias a la RIU, ya es gratuito en la Universidad). Si tiene coche, que le dé un aventón a la "banda" hasta el metro (medida muy ecológica, por cierto). Si es chipocludo en alguna materia, que dirija un círculo de estudio.

Y eso, mis estimados, es darle la vuelta a la tortilla: hacer las cosas sin depender de la buena o mala voluntad de la "autoridad".

Finalmente, después de dos años de esfuerzos bien empleados, no quedaría más que la sencillísima tarea de organizar un encuentro con "los de arriba" para decirles: "señores, si quieren que todo siga funcionando así de bonito -y aquí están los numeritos para probarlo-, cáiganse con los siguientes subsidios".

Y si te mandan por un tubo, ¡qué importa! Ya sabes, 'ora sí, cómo organizarte, no para protestar, no para volarte un auditorio, no para hacer una marchita más, sino para hacer que las cosas pasen.

Pero por eso es que uno no ve revoluciones todos los días: porque pedir... siempre es más fácil.

viernes, 15 de octubre de 2010

¿Por qué la okupa?



En esta entrega el Dr. Ambrosio Velasco Gómez manifiesta su opinión respecto a la autenticidad de los motivos que la "okupa" esgrimió para justificar su presencia en el Auditorio Justo Sierra.

viernes, 8 de octubre de 2010

Justo Sierra y la UNAM

Hoy tenemos una colaboración cortesía de Camilo Ayala Ochoa, publicada originalmente en su blog del Instituto del Libro y la Lectura A.C.

1948 fue un año de festejos para la Universidad Nacional Autónoma de México. Se cumplía el centenario del natalicio del fundador Justo Sierra Méndez, quien había sido declarado Maestro de América. El 25 de enero los restos de Sierra fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres en el panteón de Dolores. Sus restos fueron velados en el salón El Generalito de la Escuela Nacional Preparatoria.

Ese mismo año se comenzaron a publicar las obras completas de Justo Sierra 14 tomos, el último de los cuales salió en el año de 1949. Fue un proyecto dirigido por Agustín Yáñez y en él participaron José Luis Martínez y Edmundo O´Gorman. En 1993, a la obra completa se le añadió el tomo 15 que consta de un epistolario.

La UNAM ha editado otras obras completas como las de José Gaos, Samuel Ramos o José Joaquín Fernández de Lizardi; sin embargo, las obras de Justo Sierra fueron un reto editorial por el tiempo tan corto en el que se reunieron, organizaron, anotaron y se llevaron a cabo los procesos técnicos de edición, impresión y encuadernación.

En las obras completas encontramos mucho de muy variados temas. Poesía, cuento, teatro, ensayos, crónica de viajes, historia, alegatos jurídicos y propuestas educativas. Fue un hombre sumamente ilustrado, digno heredero de su padre el escritor Justo Sierra O’Reilly (1814-1861).

En 1952 se inauguró la primera librería universitaria en las instalaciones preparatorianas del Antiguo Colegio de San Ildefonso en el centro de la Ciudad de México. Fue llamada Justo Sierra y cerrada este año 2010 por bajas ventas. Otra librería que se estableció en Campeche y fue llamada Justo Sierra, también cerró a pesar de los esfuerzos del Instituto de Cultura de Campeche.

Realmente los lugares que han tenido el nombre de Justo Sierra son maltratados. El ejemplo más vergonzoso es el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM llamado Justo Sierra y que fue renombrado por los estudiantes universitarios de 1968 como “Che Guevara”. Hoy esa instalación está tomada por un grupo de personas externas a la institución que malviven boteando y están dedicadas al vandalismo violento.

Los del “Che Guevara” dicen que el auditorio es un espacio de trabajo autónomo, anticapitalista, autogestivo e independiente; un espacio de resistencia histórica. La verdad es que se apropiaron ilegalmente de propiedad de la UNAM, de una parte de su patrimonio; y lo usan incluso para la venta de droga y para negocios particulares como el mantenimiento de un maloliente comedor vegetariano.

El anterior rector Juan Ramón de la Fuente no quiso desocupar el auditorio Justo Sierra y el actual rector José Narro siempre le ha tenido miedo a los grupos de seudo-estudiantes. Su política es cerrar los ojos y voltear a otro lado. El pasado 2 de octubre pintaron, golpearon, rompieron y derribaron la estatua del águila y la serpiente que se encontraba en la explanada de la Facultad de Derecho y no ha pasado nada. No hay autoridad.

Narro declaró respecto a la inseguridad que vive el país: "no se resuelve de la noche a la mañana, no habrá una varita mágica, ni una receta inmediata, milagrosa, que nos permita atender esto. Tenemos que trabajar intensamente”. Pero él esta esperando que por arte de magia se resuelva la situación de la violencia en la UNAM.

Justo Sierra tiene muchas frases citables. Una de ellas es: “México es un pueblo con hambre y sed. El hambre y la sed que tiene, no es de pan; México tiene hambre y sed de justicia”. La UNAM tiene hambre y sed de justicia.

Camilo Ayala Ochoa

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Quién es el verdadero culpable?

Como era de esperarse, ya circulan las variadas versiones acerca de quién o quiénes son los culpables del atentado en contra de la estatua del Águila y la Serpiente de la Facultad de Derecho.

Por si no se habían enterado, el 2 de Octubre pasado, el monumento fue atacado. En lugar de una copiosa descripción, veamos nuevamente la imagen:


Hasta ahora no ha llegado, o no ha sido lo suficientemente difundida, una versión de los hechos; es decir, un testimonio: "que llegaron y empezaron a gritar y que luego...". Así que agradeceremos si algún lector, de contar con ella, la comparte con nosotros. Simplemente, se perpretó el ataque, así sin más, bajo la impasible mirada de la autoridad (si es que existe). Así, la tan difundida (y conveniente para muchos) versión de la autonomía universitaria como extraterritorialidad muestra su verdadera cara: pareciera ser que la Ciudad Universitaria y demás instalaciones son tierra de nadie. O mejor dicho, son territorio donde la ley que vale es la de los vivales. No es lugar para desmenuzar la variada clasificación de esos vivales que reinan en CU. Pues cada miembro de la comunidad universitaria se habrá topado con alguna variante.

Tan sólo este espacio electrónico está dedicado a la casi utópica visión de un Auditorio Justo Sierra deprovisto de ciertos usurpadores denominados hoy "okupas".

Pero, como decía al comienzo, ahora nos ocupa el atentado en contra del Águila y la Serpiente de la Facultad de Derecho. Que si fueron unos mal vivientes ignorantes que formaban parte del contingente de manifestantes, que si fueron los mismos okupas, que si fueron las autoridades que pretendían poner con esto a la comunidad en contra de tal o cual.

Es curioso analizar un poco que implican y a dónde nos llevan tales hipótesis. Por ejemplo, si uno le busca en You Tube, podrá encontrar videos de marchas anteriores en CU y otros puntos de la ciudad, como ésta, del 6 de febrero de 2010. A los "activistas" les gusta documentar sus actividades, sin embargo parece difícil, al menos por ahora, encontrar algún video de celular en el que se vea la destrucción de la estatua, al menos hasta que surja un indiscreto.

Por supuesto, no ha faltado quien exija las grabaciones de las cámaras de seguridad que muestren a los que perpetraron el crimen. Y no faltará quien diga que si no han sido mostradas en los medios ha sido porque las mismas autoridades han llevado a cabo el atentado con algún fin... "que ya sabemos cuál es". Extraña esta hipótesis, que supone que la autoridad pretende por este medio enardecer a la comunidad para que ésta lleve a cabo quién sabe qué cosa "que ya sabemos qué". Digo que es extraña, porque habiendo optado por la tregua, por el camino fácil y sin conflictos del "dejar hacer", sería meterse en escollos más pronunciados ir por esta otra vía.

Por otra parte, un grupo de activistas de la misma Facultad de Derecho ya se ha apresurado a deslindarse del ataque que atribuye a algunos "mozalbetes", es decir, mocosos que no tenían algo mejor que hacer que tergiversar el significado de fechas de luto y aprovechar para hacer desmanes.

Habrá quienes culpen a los mismos okupas y anexos, queriendo aprovechar el entusiasmo para que se haga algo por sacarlos de una vez de la UNAM.

¿Qué nos muestra todo esto? Que, como decía el Jefe en su reportaje, más allá del autor o autores materiales del atentado, que habrá sido cualquier irresponsable anónimo; importa ver las condiciones que han propiciado que en el campus central de la Universidad "más importante del país" se lleve a cabo un atentado de tal índole en contra de un símbolo patrio. A unas semanas de conmemorar el Bicentenario de la Nación y el Centenario de su Universidad; en el corazón mismo del lugar de donde debería emanar la racionalidad, tiene lugar semejante acto de barbarie. CU es tierra de nadie, y sépase que cualquiera puede entrar al campus, amagar al pobre cuerpo de vigilancia (si tuviera la ocurrencia de ofrecer resistencia) y hacer de las suyas.

Mientras tanto, las autoridades (el Rector en primer lugar) callan. Por otra parte, importa ver y escuchar las distintas manifestaciones del "estudiante de a pie", que aprovecha la ocasión para expresar su desacuerdo porque hay salones ocupados en su facultad, o porque se presta tanta importancia a protestas  carentes de seriedad, o porque cualquiera amenaza con clausrar servicios que no le complacen, etcétera. En FB circula ya un grupo que piensa hacerse oír. Los alumnos protestan, y esperemos, sea una oportunidad, el próximo viernes a las 11 horas en la explanada de Derecho, para que la comunidad, sin intermediarios ideológicos de por medio, se haga escuchar y haga saber que ya está harta de lo que se ha mencionado en sin fin de espacios y que no termina de volverse un tema de primera importancia: ¿En manos de quién está la Universidad, cuando cualquiera puede secuestrar un auditorio y mantenerlo así por 10 años, cuando cualquiera destruye un monumento que exigía respeto, cuando cualquiera entra y comercia la droga por la que la gente está matando y muriendo en todo el país, cuando cualquiera hace víctimas del delito a los estudiantes?

Y este, es sólo uno de los problemas de la UNAM, no sé si el más importante, pero sí el más escandaloso.

La UNAM: ¿"Casa de la Libertad"?

miércoles, 29 de septiembre de 2010

2010: ¿Tienen vigencia las demandas del CGH?

En esta emisión, el Dr. Ambrosio Velasco Gómez contesta a la pregunta por la vigencia de las demandas de la huelga del ´99, todavía repetidas como consignas en la actualidad.

martes, 28 de septiembre de 2010

Una UNAM libre

En estos días de centenario universitario se ha producido en la prensa una avalancha de artículos sobre la UNAM. Como sabemos, Sheridan ha criticado muchos aspectos de nuestra (de su propia) casa de estudios, sin necesidad de esperar festividades. Nosotros hemos sido mucho más modestos, por ahora, en nuestras aspiraciones, que el Dr. Sheridan en esta columna. Como saben, este sitio está dedicado al tema de la necesidad de un Auditorio Justo Sierra libre. Reproducimos un artículo en el que Guillermo Sheridan expone aquello que según él constituye un pesado lastre para la UNAM.

Una UNAM libre

Cuando acompaña a comer a funcionarios a “La Cava”, la UNAM es una dama pomadosa. Cuando milita junto a los activistas justicieros se convierte en una Madre Coraje con boina. Es la Amante Curvilinea del acadestrativo mediocre y perpetuo que mete a la nómina a toda su familia. Es una Compañera Rojinegra que apoya las “luchas sociales” de su sindicato. Es la Musa de la Diamantina que los cursis convierten en “la conciencia y el corazón de México”. Es la Edecán mañosa que conoce las puertas para ingresar al Poder. Es la Tarta de Limón que tararea desafinadamente Carmina Burana… 

La UNAM es una multitud de personajes cuyos usuarios le ponen el traje que más les conviene. Pero entre ese baile de disfraces está la verdadera: una sabia cubierta de tiza y tinta, aromada de laboratorio, modesta y callada, que practica su vocación sin utilitarismos interesados. 

La UNAM necesitaría liberarse de sus usuarios no académicos, “despolitizarse” y “academizarse”, como propuso famosamente el rector José Sarukhán en 1988. No, dicen los usuarios, al contrario: hay que politizarla más. (Apenas ayer, Víctor Flores Olea, ideólogo obradorista, festejó el centenario de la UNAM diciendo que “el rechazo del orden existente… es hoy la función más respetable de la Universidad, la única posible”.) La UNAM debería lograr que incumplir sus objetivos generales suponga el éxito de proyectos privados. Estos usos y proyectos políticos parece superior a la voluntad de la UNAM por ser ella misma sujeto de su propia inteligencia. Cautiva de sus usuarios políticos, la UNAM es a tal grado autónoma que le está vedado reformar temas externamente urgentes y postergados.

La autonomía no es sólo la autoridad que posee la UNAM para darse sus propios reglamentos, sino la obligación que tiene de evaluar su realidad, optimizar sus recursos y sus responsabilidades. Pero a la vez carece de reglamentos contra el voluntarismo de sus usuarios. Es decir: tiene la autonomía para modificarse, mas no la suficiencia política para instrumentar sus modificaciones. Su libertad está comprometida. Y si a pesar de esta servidumbre puede producir inteligencia, investigación, graduados, ya se puede pensar en lo que podría hacer con el usufructo cabal de su libertad.

La eficiencia de la UNAM debería considerarse prioridad nacional. Los trabajadores, alumnos y funcionarios no pueden contravenir las obligaciones que le patrocina el pueblo. Los académicos tenemos que hacer valer nuestra superioridad moral y nuestra dignidad sobre cualquier otra instancia universitaria y sobre cualquier poder que no sea el del saber meritorio.

Pero no hay manera de optimizar el desinterés individual -y, por tanto, la función social de la UNAM- si no es colocando a la academia sobre cualquier otro poder, en especial el poder que sustituye la responsabilidad y la racionalidad académicas por los usos políticos. Esto es, desde luego, impensable. En aquel mismo discurso de 1988 dijo el rector Sarukhán que era esencial “una universidad donde el académico sea el personaje central”. Es triste que en la universidad que hoy festejamos, esto, tan obvio, no sea del todo así.

Guillermo Sheridan



Hemos cambiado la modalidad de los comentarios a "moderación necesaria", debido a que algún chistosito colocó códigos XSS aparentemente maliciosos en los comentarios del Coliseo y en lo que averiguamos que tan inseguro puede ser blogger bajo el ataque de esos códigos, mejor impedimos que aparezcan en sus computadoras.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Qué sucedió en la UNAM en 1999?

Entrevista con el Dr. Ambrosio Velasco Gómez, ex director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, para www.cheguevara-justosierra.blogspot.com
En esta entrega menciona las que a su juicio fueron las causas del conflicto que diera origen a la huelga del ´99, presunta causa eficiente de la ocupación -todavía vigente- del Auditorio Justo Sierra y otros espacios Universitarios.
Permanezca sintonizado para próximas entregas.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡Eureka!

De algún modo he tratado de sostener, quizás sin éxito, que lo que está en el transfondo del problema con el auditorio Justo Sierra no es una cuestión trivial.

En una reciente discusión con uno de los consejeros universitarios alumnos de la Facultad, surgía de su parte la hipótesis de que el problema del auditorio Justo Sierra es una expresión más del problema de la escasa participación estudiantil en la conformación de proyectos y en la estructura organizacional de la Universidad. Hipótesis que no comparto. Sostenía yo que no hay que buscarle tres pies al gato: los okupantes incurren en delito y no más, no menos. Por supuesto, la prolongación del conflicto atiende a muchas causas, lo que no ocurre, según yo, es que instaurando cierto régimen de gobierno estudiantil, problemas como el del auditorio o los comedores subsidiados se solucionen, sino todo lo contrario.

Para explicar el aparente misterio que está detrás de diversos problemas de toda índole: con la planta académica, con el ejército de burócratas, con el sindicato, con los espacios "autónomos y autogestivos", etcétera, he encontrado algo que está muy cercano a mis puntos de vista al respecto y que quizás más de uno comparta: el Teorema de Moshinsky.

No pretendo que la explicación a toda una constelación de problemas se reduzca al teorema que, aparentemente, la experiencia no ha refutado todavía (por tanto se deja su demostración, o mejor dicho, la búsqueda de su confirmación en la realidad cotidiana, al amable lector):

Todo mexicano que ha mostrado capacidad en su labor, es automáticamente un privilegiado, y las instituciones públicas deberían desatenderse de él para concentrase en aquellos que no tengan esa característica.

Pero creo que el citado enunciado del recientemente fallecido físico de la UNAM, nos proporciona una vía para buscar explicaciones más completas y, por supuesto, soluciones.

Al respecto invito al lector a revisar las perspectivas (propuestas por demás optimistas y dignas de considerarse) planteadas por Roger Bartra en la edición digital de Letras Libres, a propósito del Teorema. O leer la formulación del mismo, hace 25 años por su autor.



Quizás algún día publique los corolarios de Ivo Basay, derivados del Teorema de Moshinsky.

Don Marcos Moshinsky, en acción.

¡Feliz cumpleaños, UNAM!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Justo Sierra, figura clave del centenario de la UNAM: Milenio

En el contexto de las celebraciones por el aniversario de la Universidad Nacional el recuerdo de su fundador se hace presente. Este lunes, el notable intelectual mexicano, conocido como Maestro de América, cumple 98 años de fallecido.


México.- Justo Sierra Méndez, a quien se recuerda este lunes en el 98 aniversario de su muerte, pugnó por contar con una verdadera ciencia nacional y mexicanizar los beneficios del saber universal.
José Narro, el actual rector de la casa de estudios, recordó que con ese propósito la institución que encabeza diseñó fórmulas para romper “las torres de marfil” sin desnaturalizar los proyectos académicos.
Justo Sierra Méndez es conocido como Maestro de América por el título que le otorgaron varias universidades del continente.
Fue hijo de Justo Sierra O’Reilly, eminente novelista e historiador, y de doña Concepción Méndez Hechaza Reta, hija de Santiago Méndez Ibarra, quien jugó un papel importante en la política yucateca del siglo XIX.
A la muerte de su padre, acaecida en 1861, siendo casi un niño, Sierra Méndez se trasladó a la ciudad de México donde, después de sus brillantes estudios, se relacionó con los mejores poetas y literatos de ese tiempo, entre ellos, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Acuña, Guillermo Prieto, Luis G.Urbina, poetas de la Revista Azul y de la Revista Moderna.
A partir de 1868 publicó sus primeros ensayos literarios; en el Monitor Republicano inició sus “Conversaciones del domingo”, artículos de actualidad y cuentos que después serian recogidos en el libro Cuentos románticos.
En 1871 se recibió de abogado. Fue varias veces diputado al Congreso de la Unión, lanzó un proyecto que sería aprobado en 1881 y que daba a la educación primaria el carácter de obligatoria.
En ese mismo año fue aprobado su proyecto para fundar la Universidad Nacional de México. Tardaría sin embargo 30 años para verlo convertido en realidad.
Desde 1892, expuso su teoría política sobre la “dictadura ilustrada”, pugnando por un Estado que habría de progresar por medio de una sistematización científica de la administración publica.
Presidió la Academia Mexicana, correspondiente de la española.Influyó también en los escritores Luis González Obregón y Jesús Urueta.
“Es la educación”, decía, “la que genera mejores condiciones de justicia, educar evita la necesidad de castigar”.
Justo Sierra fue también Ministro de la Suprema Corte de Justicia en 1894, de la que llegó a ser presidente.
Ocupó posteriormente importantes cargos en el gabinete porfirista como subsecretario de Justicia e Instrucción Pública y ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, entre los años 1901 y 1911.
Contando con la cartera de este ministerio puso en práctica hacia 1905 su anhelado proyecto: dar a la educación primaria el carácter de nacional, integral, laica y gratuita.
En lo político, supo ser amigo de Porfirio Díaz sin ser su adulador y Díaz lo respetó siempre como a un hombre superior.
Poesías, cuentos, novela, narraciones, discursos, doctrinas políticas y educativas, viajes, ensayos críticos, artículos periodísticos, epístolas, libros históricos y biográficos, forman el valioso legado que dejó Justo Sierra a las siguientes generaciones.
Justo Sierra Méndez falleció en Madrid, España, a la edad de 64 años, el 13 de septiembre de 1912.
Redacción 
Milenio.com  Lunes, 13 de Septiembre de 2010 http://www.milenio.com/node/528773

domingo, 29 de agosto de 2010

¡CHE Narro!: Crónica de una evasión anunciada

El pasado miércoles tuvo lugar la participación del actual rector de la UNAM, José Narro Robles en un programa denominado "Foro W", de la estación W Radio. La propaganda del programa anunciaba que uno podría interactuar en el foro dejando sus preguntas en la página de internet de la estación, y que, sin censura, éstas serían atendidas por el rector de la UNAM:




A primera vista, una genial idea, idea que de funcionar como lucía en el papel, denotaba un sentido de autocrítica importante que el rector estaba dispuesto a afrontar. Pues a ningún universitario, a ninguno, se le escapa que la institución tiene, más allá de lo que hay que celebrar por estos primeros 100 años de vida, importantes problemas que exigen atención inmediata; por supuesto, en el entendido de que consideramos importante darle vida a la institución muchos años más.

Una de las demandas que ocupan la mente de muchos universitarios, es la cuestión del auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras. Y, como es obvio, aquellos que anhelan su reincorporación a la vida de la Universidad vieron en este supuesto foro, la oportunidad inmejorable de obtener una respuesta directa del rector de la UNAM.

Así pues, esperando ser elegidos para acudir a la emisión de radio, o cuando menos que se leyeran nuestras preguntas, las inquietudes acerca del auditorio fueron planteadas: ¿Qué se está haciendo para recuperarlo?, ¿Se está haciendo algo? ¿Por qué no se ha recurrido a los medios que establece la legislación universitaria y la Ley Orgánica? ¿Qué impide la ejecución de la ley?, etcétera, etcétera. O quizás ¿Le interesa el problema, Sr. Rector?

La única pregunta que recibió una respuesta (e incluso así, una respuesta parcial) fue la última pregunta. La respuesta que muchos obtuvimos después de la interesante disquisición de aproximadamente 5 segundos que el rector de la UNAM nos ofreció sobre el tema podría parafrasearse así: "no me interesa". Ojalá que me equivoque y el Sr. Narro me desmienta pronto.


Escuche aquí el plan de trabajo de José Narro para recuperar el Auditorio Justo Sierra.

Vayamos a lo que recuerdo que se dijo en el programa (no lo volveré a escuchar para hacer este breve relato, qué flojera, pero dejo abajo el audio completo por si a alguien le interesa). Básicamente el Dr. José Narro dejó en claro que lo que le interesaba no era entablar una discusión seria sobre algunos problemas universitarios (los que pudieran plantearse y platicarse en espacio de hora y media, pues cada uno da para horas de discusión): al parecer, era sólo un acto más de propaganda... En la entrevista, los presentadores le preguntaron al rector el porqué de no haber sido invitado a los Diálogos por la Seguridad Nacional. El viernes siguiente Narro ya estaba participando en los mentados diálogos, diciendo lo que ya todos saben (hasta el Presidente): que la solución del problema no se limita al uso de la fuerza pública. También dijo que México no se merecía lo que está viviendo: ¿se lo merecerá la Facultad de Filosofía y Letras?

El Dr. Narro se ha ocupado últimamente en demasía en saltar de un foro a otro para exponer su opinión acerca de los conflictos nacionales. Éste es un derecho de cualquier ciudadano, el problema con el rector de la UNAM es la clara evasión a las problemáticas que le tocan resolver dado el altísimo cargo que ocupa. Es decir, muchos mexicanos tenemos preocupaciones acerca de los manejos de la política nacional, sin embargo estamos bastante limitados para tener una injerencia directa en la solución de muchos de estos problemas. Sin embargo, el rector de la UNAM, como rector que es, está facultado para actuar directamente en la solución de los problemas de la institución que dirige (es un decir que la dirige).

Así, a la pregunta de una mujer acerca de aquellas famosas reuniones con los estudiantes "rechazados", que tuvieron como consecuencia el otorgamiento de becas para que estudiaran en otras universidades, se limitó a decir "sí es un problema (lo de la existencia de estudiantes rechazados)", y "lo he estado diciendo". Acto seguido dió cifras y le pasó la bolita a la SEP. Lo curioso fue que tratando después de establecer categóricamente que no hay corrupción y que los que no entren por el examen no tienen otro modo de hacerlo, A MENOS QUE... sean estudiantes del bachillerato de la UNAM, fue cuestionado respecto a la cuestión del pase automático. Narro se limitó a repetir una versión bastante cegehachera de la supuesta validez del pase automático. Fuera de eso, el programa fue básicamente, propaganda. Preguntas poco serias por parte de los entrevistadores y respuestas autocomplacientes por parte de Narro. También repitió su letanía acerca de cuánto le preocupan los jóvenes que ni estudian ni trabajan (¿será por eso que hasta parece que los okupas están protegidos?).

Así, quedó por el suelo la esperanza de muchos universitarios de que preguntas serias fueran tomadas en serio por el rector (tanto así que se atrevió a llamar al auditorio "Justo Guevara", pero eso sí, ahí estará el 22 de septiembre en el Anfiteatro Simón Bolívar, lugar donde Justo Sierra pronunció el discurso inaugural de la Universidad, tratando de emularle). Si el rector no se presta a discutir con argumentos sólidos los problemas que se le plantearon ¿es razonable esperar que los ocupantes del auditorio hagan lo propio? No. Y lo malo de la cuestión es que ese "estamos trabajando" suena más a que se "apuesta" por una salida "dialogada" al conflicto, y no por hacer valer la ley. De otro modo no se explica ese "estamos trabajando", ¿cuánto tiempo llevaría proceder penalmente?

Y a todo esto, ¿qué pensará la Dirección de la Facultad de Filosofía y Letras? Sólo Gloria lo sabe.

Audio completo del Foro W

 Otro ilustrativo cartón de Paco Calderón

P.D. He aquí la respuesta de la Oficina del Abogado General a un correo enviado, planteando el problema del Auditorio Justo Sierra: Me permito informarle que su denuncia se recibió en esta Unidad, en breve lo contactaremos. Unidad para la Atención y Seguimiento de Denuncias.

martes, 24 de agosto de 2010

Re-cuento (I): Hechos

A ver, vamos a hacer un resumen puesto que alguien lo ha solicitado, y es sensato hacerlo, dado que a pocos días de cumplirse 10 años de secuestro es comprensible que muchos no sepan a ciencia cierta qué pasó por aquel entonces.

Hay que comenzar apuntando que quienes aquí escriben tampoco estaban en la Facultad de Filosofía y Letras en aquel tiempo (septiembre de 2000). Gracias a los medios actuales de comunicación (léase FB) hemos conocido y platicado con profesores que sí estaban (algunos estudiantes entonces, otros profesores ya) y creo que más o menos concuerdan en que esto fue lo que pasó:

1. En el año de 1999 estalló un paro de labores que se prolongó por 10 meses. ¿El motivo? Supuestamente "evitar la privatización de la UNAM". El motivo real: las especulaciones son muchas, hay quienes piensan que ciertos actores politicos venían azuzando a la juventud desde el rectorado de Carpizo (o incluso antes) debido al botin político que representa la UNAM. Lo que sí es muy cierto es que el carácter público de la UNAM nunca estuvo en peligro: todo estalló por una reforma al Reglamento General de Pagos (RGP) que tras una brutal inflación establecía cuotas de 20 centavos, así que se proponía fijar cuotas de aproximadamente $1000 anuales. Cuotas de las cuales podría quedar exento todo estudiante que declarase no poder pagarlas.

2. Sobre otras vicisitudes de aquel conflicto, los remitimos a los documentos, cuando tengamos tiempo volveremos a publicar algún artículo de aquel entonces, los que ahora tenemos son los siguientes: "La Universidad en el exilio", "UNAM: ¿Nuevo triunfo de la Barbarie?", "¿Dónde están?", "Cárdenas y Barnés: la disputa por la UNAM", "El PRD en la UNAM", "UNAM: Derecho social y aberración política", "Días de luto"; y las brevísimas entradas "1999" y "2000" de nuestro blog. Cabe mencionar que los primeros cinco artículos publicados son sólo aquellos que en su momento pudimos transcribir, dentro de la enorme cantidad de material que hay, dadas las obvias limitantes de tiempo que nos imponen los deberes académicos. Se recomienda echar un vistazo al libro de Sheridan: Allá en el Campus grande, y ¿por qué no? para contrastar aquel que siempre mencionaba cierto molesto lector: UNAM: Presente ¿y futuro?

3. El caso es que unos siete meses después de terminada la huelga (cabe decir que por la fuerza ya que, a pesar de no haber sido aplicado finalmente el RGP los huelguistas no querían abrir la UNAM), el 4 de septiembre de 2000 llegó un grupo de ex integrantes del CGH a tomar el Auditorio Justo Sierra que se encontraba en remodelación (de ahí que ya no tenga butacas). Testimonios de quienes sí estaban entonces en la facultad dicen que los ex huelguistas llegaron provistos de tubos y cadenas, nomás para que se viera que iba en serio.

4. Hay que decir que los individuos que tienen tomado el auditorio desde entonces han tenido sus propias luchas intestinas por lo que es difícil establecer la genealogía y carácter de la actual okupa, respecto al CGH. Véase: "El Che Guevara autogestivo (2)" y "Sí es el CGH", y también: "Por su nombre los confundireís".

5. Resulta que a unos tres meses de abrir este blog, el 24 de septiembre de hace un año, tuvo lugar una asamblea singular. Por aquellos días algunos estudiantes y no-estudiantes estaban muy inconformes con una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en la facultad: retiro de vendedores ambulantes, colocación de macetas y de piedras anti-borrachos en la Biblioteca Central. Curiosamente pocos de ellos mostraron su inconformidad con el hecho de que un narcomenudista fuera baleado en la entrada de Filosofía y Letras, es decir, con el hecho de que un narcomenudista se encontrara en el campus y ese encontrase allí, fuera condición necesaria de posibilidad para sufrir un ataque allí. Resulta que esa asamblea semanal de quejas a la autoridad se vió profundamente ofendida cuando unas estudiantes propusieron y convocaron a la gente para que en ese espacio se manifestara la molestia por el más claro problema (dada su magnitud espacio-temporal) de la FFyL: la ocupación del Auditorio Justo Sierra.

6. Y resultó que de la asamblea se derivaron asambleitas, asambleitas que terminaron transmutando el problema del auditorio en otra cosa, menos el problema del auditorio, cito: "el problema no es el Che, el problema son las formas de representación democrática de la bla bla bla bla..."

7. Así, las cosas estamos en un periodo de letargo en el que la cuestión yace un poco adormecida, a ver qué pasa después...

Continuará...

lunes, 16 de agosto de 2010

No a la impunidad

DA CLICK EN LA IMAGEN

Si presenciaste un delito es buena idea denunciarlo (por ejemplo, la enajenación de un espacio universitario):

Artículo 95 del Estatuto General de la UNAM.- Son causas especialmente graves de responsabilidad, aplicables a todos los miembros de la Universidad:

I. La realización de actos concretos que tiendan a debilitar los principios básicos de la Universidad, y las actividades de índole política que persigan un interés personalista;

II. La hostilidad por razones de ideología o personales, manifestada por actos concretos, contra cualquier universitario o grupo de universitarios;

III. La utilización de todo o parte del patrimonio para fines distintos de aquéllos a que está destinado;

IV. Ocurrir a la Universidad en estado de ebriedad o bajo los efectos de algún estupefaciente, psicotrópico o inhalante; ingerir o usar, vender, proporcionar u ofrecer gratuitamente a otro, en los recintos universitarios, bebidas alcohólicas y las sustancias consideradas por la ley como estupefacientes o psicotrópicos, o cualquier otra que produzca efectos similares en la conducta del individuo que los utiliza;

V. Portar armas de cualquier clase en los recintos universitarios;

VI. La comisión en su actuación universitaria, de actos contrarios a la moral y al respeto que entre sí se deben los miembros de la comunidad universitaria.



martes, 10 de agosto de 2010

Apertura de cursos en Filosofía y Letras

Hoy retomamos un pequeño fragmento de un discurso pronunciado en la inauguración de las clases del año 1914 en la Escuela de Altos Estudios (precursora de la actual Facultad de Filosofía y Letras y la Facultad de Ciencias). Discurso pronunciado por Henríquez Ureña, titulado "La cultura de las humanidades".

"Malos vientos soplaron para este plantel apena hubo nacido", dice Henríquez Ureña, explicando la falta de organización que había padecido una naciente y novedosa institución educativa. Pues en el corazón del nuevo proyecto de Universidad Nacional de Justo Sierra, la Escuela de Altos Estudios constituía en principio algo que las naciones como la nuestra podían mirar "con nativo recelo" pues a más de uno podría parecer "esquiva a las aplicaciones fructuosas".

Sin embargo, el esfuerzo de notables profesores y no menos notables alumnos consiguió no solamente mantener con vida la naciente Escuela, sino darle un impulso extraordinario a la cultura y la ciencia en México. Figuras como las de Antonio Caso, Sotero Prieto, Jesús Díaz de León y Valentín Gama son hoy emblemáticas y sinónimos de escuela y tradición en las más diversas disciplinas que han florecido al cobijo de la Universidad Nacional. Henríquez Ureña menciona también como en un lapso no mayor a tres años el Ateneo de la Juventud consiguió darle forma a los estudios humanísticos.

Hoy es más que frecuente escuchar hablar de las glorias de la UNAM, pero muchas de ellas se deben a personas que entendieron su compromiso con la sociedad y que al no contar con un prestigio heredado se encargaron de forjarlo.

Estamos a menos de un mes de que el Auditorio Justo Sierra cumpla 10 años de secuestro. A quienes odian tanto esta palabra, "secuestro" cabría preguntarles por los logros obtenidos en estos 10 años y cómo se han reflejado en la Universidad y en el país. Seguramente recurrirán al olvido general, que con el paso del tiempo los beneficia más, acerca de los aconteimientos de 1999-2000. Cabría preguntar a las autoridades universitarias si de verdad tienen planeado restituir el patrimonio universitario. Cabría preguntar a la comunidad si le interesa recuperar este inmueble o si considera que ésta es una cuestión vana.

Henríquez Ureña concluye su discurso de apertura de cursos así:

...De ella (de la labor humanística) no puede venir para los espíritus sino salud y paz, educación humana, estímulo de perfección.
Y la Escuela de Altos Estudios podrá decir más tarde que, en estos tiempos agitados, supo dar ejemplo de concordia y de reposo, porque el esfuerzo que aquí se realiza es todo de desinterés y devoción por la cultura. Y podrá decir también que fue símbolo de este momento singular en la historia de la educación mexicana, en el que, después de largas vacilaciones y discordias, y entre otras y graves intranquilidades, unos cuantos hombres de buena voluntad se han puesto de acuerdo, sacrificando cada cuál egoísmos, escrúpulos y recelos, personales o de grupo, para colaborar sinceramente en la necesaria renovación de la cultura nacional, convencidos de que la educación -entendida en el amplio sentido humano que le atribuyó el griego- es la única salvadora de los pueblos.

Extrañamente palabras como las de Henríquez Ureña tiene eco en todos los tiempos. Y bajo éstas, necedades como la ocupación de un inmueble emblemático y sus correspondientes apatías aparecen inexplicables en la Facultad que es heredera de esa Escuela de Altos Estudios.

martes, 3 de agosto de 2010

Que no le digan, que no le cuenten... pásele, puro producto de calidad, ¡garantizado!

Como decía la semana pasada, no me detendré a intentar convencer a los potenciales nuevos lectores de que ésta es la mejor causa ni mucho menos. En primer lugar porque, si esperar "acción directa" o algún tipo de apoyo de la gran masa de estudiantes y profesores, "veteranos" y "enterados" del asunto, se ha vuelto una esperanza más bien cándida, entonces esperarlo de los nuevos alumnos no sólo es más cándido sino además abusivo. Segundo, porque la UNAM tiene problemas mucho más importantes que, tristemente, el del auditorio okupado y olvidado; al que alguien pensó sería buena idea dar el nombre del fundador de esta institución.

Ciertamente, seguimos sosteniendo que aunque los problemas más urgentes están en otra parte, dice mucho de nosotros -cuando menos de la comunidad de humanidades- el estado de la cuestión y su eventual desenlace.

Y para que no le digan y no le cuenten, compartimos con ustedes una entrevista que apareció en el  pasado mes de julio en la revista Letras Libres con el maestro Guillermo Sheridan. En esta entrevista Sheridan toca de nuevo muchos de los graves problemas que vive nuestra institución. La lectura requiere dedicarle cuando menos unos 40 minutos. En estos días de comienzo de ciclo escolar, de estudiantes no admitidos, de luchas presupuestales; no es baladí dedicarle reflexión y autocrítica a nuestra casa y a nosotros mismos como universitarios. Lea si guste y reflexione.


"Si uno se asoma a la oficina de desarrollo tecnológico de la Universidad de Harvard se encuentra con una enorme tienda de patentes e inventos. No nos podemos resignar a ser un país consumidor de patentes foráneas. Tampoco a que las universidades privadas se limiten a educar administradores locales de esas patentes, ni a que las públicas produzcan sólo mexicanos conscientes que lo denuncien a perpetuidad."


A diferencia de otros "críticos", usted puede consutar en la red las credenciales del profesor Sheridan pues sano es saber a quién escuchamos decir qué.

lunes, 26 de julio de 2010

No hay mal que dure cien años

Eso espero, porque cuando menos yo no tengo la intención de hacerme viejo con este blog. Hace ya más de un año un servidor y amigos comenzamos este proyecto con la finalidad de contribuir a la recuperación del inmueble público que desde hace 10 años está en poder de particulares.

Comienza un nuevo año escolar y planeamos seguir con el proyecto, esperando reanimar el interés por la cuestión. Quizás por estos días recibamos la visita de nuevos estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y de la UNAM en general. No me detendré en los pormenores del conflicto que nos ocupa. El lector curioso podrá encontrar mucha información y puntos de vista en el archivo histórico de este blog y en los enlaces a los sitios donde se promueve la okupación del auditorio.

Baste hacer un breve balance de la cuestión hasta el momento. ¿Hemos conseguido algo positivo con este proyecto? A nivel personal, a pesar de la frustración al constatar la enorme dificultad para resolver el problema, para el diálogo real y para que la racionalidad se haga presente, puedo decir que sí. Los que participamos en el proyecto ahora conocemos un poco más a nuestra Universidad. En el nivel pragmático creo que hemos conseguido que al menos un reducido número de personas se haga partícipe activo de la discusión, de nuestras charlas electrónicas. Al menos hemos conseguido dejar constancia por escrito de que esto es un problema importante. Esa quizás sería mi tesis. Es importante, muy importante recuperar para la Universidad su Auditorio, y más importante es el saber porqué es importante.

Hablando de tesis, de las discusiones surgidas en este sitio se apoyó una tesina de un estudiante de historia. No sabemos en qué terminó el asunto de su examen profesional. Pero la tesina que nos compartió  hizo explícita una de las características del sitio: el conflicto. Por supuesto que esperábamos molestar a más de uno con lo que escribíamos. Pero esperábamos que la obvia oposición viniera de manera más importante de los habitantes del auditorio. Curiosamente la más radical oposición a todo lo que aquí se expone no proviene de un okupante; sino de algún estudiante que se autodenomina activista.

El trabajo editorial ha constado de varias fases: a) investigación sobre la historia de la Universidad y sus conflictos, b) crítica al discurso okupa; c) investigación de lo que se dice sobre el tema en los medios.

A cuatro meses de comenzar el trabajo tuvo lugar una encendida asamblea que tenía como finalidad cambiar la situación del auditorio. Aunque podríamos decir que fue una "coincidencia" que ocurriera dicha asamblea, pues no fue organizada por autores ni por lectores de este sitio, la cubrimos en la medida de lo posible. Fue una flama que se encendió por algunas semanas y luego decayó.

Así las cosas, con altibajos, esperamos que este trabajo sea productivo en el año escolar que comienza. Ya ha tenido sus frutos con los férreos defensores de la causa del auditorio Justo Sierra que logramos contactar por medio de FaceBook.

El auditorio sigue ocupado, cumple este 4 de septiembre 10 años en esta situación. Ciertamente apenas hemos tocado el tema de la responsabilidad de las autoridades universitarias al respecto, pero si no lo hemos hecho mucho no es por complicidad o por ser su "voz no oficial". Sino por lo lejanos que somos a éstas en nuestra condición de estudiantes o recién egresados de la Universidad. Y porque intentamos explorar el problema desde la dimensión de la comunidad universitaria que alguna responsabilidad tiene también de lo que ocurre en su casa. Mientras tanto, le dedicamos una canción a nuestros incómodos vecinos del Auditorio Che Guevara:

sábado, 22 de mayo de 2010

Reiteraciones

Javier Yankelevich nos ha compartido su investigación sobre lo que él llama el conflicto por el control del auditorio Justo Sierra. Ahí, él expone de manera objetiva –considero que es un decir, pues por una parte al final del escrito se revela creyente de esa religión romántica de nuestro tiempo, destructora de la posibilidad del juicio y aniquiladora de la objetividad, aunque por lo mismo numen venerable para los relativistas morales, llamada historicismo; en tanto que por otra el uso de los verbos declarativos en las distintas citas clarifican sus simpatías y diferencias- una parte de la historia del conflicto y las motivaciones simbólicas de los actores del mismo. Una de esas motivaciones es el llamado “mito unamita”. En su exposición noto la omisión de un elemento aquí ya expuesto con anterioridad: la concepción de la universidad como un Estado dentro de un Estado, o bien la reproducción de los problemas del país al interior de la universidad –en una expresión más cercana al autor del estudio-, mediante la cual se ha suprimido la posibilidad de concebir la instauración del orden en los confines de la misma. Es decir, los universitarios no sólo creen que la UNAM es una institución de excelencia, matriarcal y mesiánica, sino que también la creen inmaculada: tanto siendo libre de pecado como permaneciendo intocada. Por esta arista del mito unamita se ha vuelto realmente difícil en la discusión sobre el auditorio el planteamiento de la posibilidad de que se reinstaure la potestad del mismo a la administración universitaria mediante la violencia; o dicho a la manera en que aquí fue expuesto: se ha malentendido la autonomía. No por nada la autonomía es reducida, en el trabajo aquí referido, a una nota al pie (pág. 54), mientras que vuelve a ser mencionada solamente al paso y de manera incidental (pág. 87). Por esta comprensión errónea de la autonomía universitaria, y la consecuente cerrazón a discutir las ideas de Antonio Caso y Manuel Gómez Morín, se ha vuelto tabú postular una solución violenta al secuestro del auditorio. Por ello, además, el análisis del conflicto se sitúa en el difícil campo de la incomprensión de las partes, igualmente cerradas y al mismo tiempo igualmente válidas para participar en el diálogo resolutorio del conflicto. Por ello, además, el autor ha creído que el conflicto es entre dos grupos de poder que se disputan el control de un espacio. Por ello, también creo que el autor quedó encerrado en su propio mito.