jueves, 23 de octubre de 2014

Miscelánea de falacias

Repasaremos a continuación cinco muestras de argumentación falaz tomadas de discusiones de gran relevancia en días recientes (El reglamento interno del IPN, el caso Ayotzinapa y los paros en distintas instituciones presuntamente en solidaridad con los dos anteriores). Independientemente de la postura que se tenga con respecto a cada uno de ellos, es preciso poner un escrutinio severo con respecto a las evidencias que consideramos al creer o descreer algo, así como en la validez de los argumentos detrás de el establecimiento de dichas creencias, especialmente cuando esgrimimos argumentos por causas que consideramos justas.

1) Me referiré a la visita que -en su primera semana de paro- hicieron estudiantes del IPN a nuestro salón en FFyL, UNAM (este es un testimonio personal). En aquella ocasión, luego de hablarnos brevemente sobre de los detalles que les preocupaban con respecto al nuevo plan de estudios nos dijeron razones por las cuales -pensaban- debíamos solidarizarnos con ellos, entre éstas:

"Esto es una escalada, si ahorita le toca al IPN el año que entra puede tocarle a la UNAM"

Lo anterior se llama falacia de apelación al temor, su carácter falaz yace en el hecho de que se privilegia el llamado a la solidaridad previendo una situación adversa en el futuro antes que una buena exposición de los motivos por los cuales como instituciones o como ciudadanos debiéramos preocuparnos por la situación del IPN.

La situación preocupa, especialmente cuando está próximo a cumplirse un mes de paro, sin reportarse beneficio alguno de éste para los estudiantes y no resultando claro cuándo se levantará o qué condiciones tomará que sea así.

2) Días después tomó auge la noticia en torno a los incidentes violentos -e injustificables- en Ayotzinapa, aún hoy día con respecto a la pregunta ¿cuál fue la razón de lo que sucedió?

Insisto, los hechos son injustificables, y aunque son complejos, sucede algo argumentativamente indeseable: una pregunta simple como "¿cuál es la causa eficiente de los hechos?" que se contesta simplemente como "estaban boteando, 'tomaron prestados' autobuses y fueron baleados", se contesta en contraste con cosas más bien vagas, o cuando menos imprecisas en tanto que no consignan la causa eficiente de los sucesos, aún cuando hay información disponible al respecto.

En ese sentido, "porque el estado quiere que seamos ignorantes y ellos promovían un modelo diferente de educación" no es una respuesta satisfactoria por la pregunta respecto a la causa eficiente.

De nuevo, nada justifica los horrendos actos acontecidos después; lo que sí sucede con una respuesta vaga es que nos queda un argumento trunco, oscuro, con una causa falsa como motor de los hechos. Ello compromete el argumento, lo vicia, así como las posteriores posturas derivadas de éste.


3)  La semana pasada hubo un paro de 48 horas en varias de las dependencias de la UNAM, luego de éste se presentó la siguiente situación:


La sola contigüidad de dos hechos puede bastar para que erróneamente pensemos que uno es causa del otro, se trata de otro caso de causa falsa, pues aunque en la nota se mencionan los paros, se mencionan también muchas otras cosas (por ejemplo, se da por hecho la réplica de los paros por 48 horas para miércoles y jueves de esta semana).

4) En el marco de la temporada asamblearia se observa recurrentemente un falso dilema con esta estructura:


Es decir, "o me solidarizo o tengo clases", la distensión es llanamente innecesaria, no hay un nexo entre las acciones de solidaridad y la suspensión de labores, ni mucho menos con las pintas en las instalaciones: perfectamente puede tenerse lo uno sin lo otro.

Esta última viñeta sintetiza bien el asunto: "#TodosSomosPolitécnico, aunque no sepamos bien los detalles en torno al reglamento, #TodosSomosAyotzi, aunque no todos podamos dar cuenta de qué sucedió, creemos que un paro pone los ojos del mundo sobre estos asuntos y quienes crean lo contrario están en contra de nosotros, del Poli y de Ayotzi."

5) "¿Cómo pueden indignarte más dos -o cuatro- días de clases que 43 desaparecidos?"

Es un planteamiento con un impacto retórico, además de ser falaz: es falaz por la falsa disyunción entre estar indignado por los 43 desaparecidos y desear tener clases; su impacto retórico sugiere que dicha distensión entraña una suerte de falla moral. De resultar admisible tal disyuntiva y tal juicio moral yo diría "¿cómo pueden indignarte más 43 normalistas desaparecidos que 138 jóvenes mujeres que van en el Estado de México en este mismo año?"
Evidentemente estaría diciendo algo ridículo, puedes indignarte por una cosa, la otra o las dos, y no me toca a mi decir por qué debe alguien más indignarse o no.

Corolario

No puede concluirse algo de una miscelánea de falacias, y es tal vez ese mi punto: promover iniciativas o paros con base en malos argumentos no sólo es dudoso, es además ofensivo, se trata de un abuso más, irónicamente cometido por quienes claman defender la justicia.

No cabe aquí conjeturar más al respecto, me parece que los argumentos se han presentado y toca al lector sopesar lo que ha leído.