lunes, 26 de julio de 2010

No hay mal que dure cien años

Eso espero, porque cuando menos yo no tengo la intención de hacerme viejo con este blog. Hace ya más de un año un servidor y amigos comenzamos este proyecto con la finalidad de contribuir a la recuperación del inmueble público que desde hace 10 años está en poder de particulares.

Comienza un nuevo año escolar y planeamos seguir con el proyecto, esperando reanimar el interés por la cuestión. Quizás por estos días recibamos la visita de nuevos estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y de la UNAM en general. No me detendré en los pormenores del conflicto que nos ocupa. El lector curioso podrá encontrar mucha información y puntos de vista en el archivo histórico de este blog y en los enlaces a los sitios donde se promueve la okupación del auditorio.

Baste hacer un breve balance de la cuestión hasta el momento. ¿Hemos conseguido algo positivo con este proyecto? A nivel personal, a pesar de la frustración al constatar la enorme dificultad para resolver el problema, para el diálogo real y para que la racionalidad se haga presente, puedo decir que sí. Los que participamos en el proyecto ahora conocemos un poco más a nuestra Universidad. En el nivel pragmático creo que hemos conseguido que al menos un reducido número de personas se haga partícipe activo de la discusión, de nuestras charlas electrónicas. Al menos hemos conseguido dejar constancia por escrito de que esto es un problema importante. Esa quizás sería mi tesis. Es importante, muy importante recuperar para la Universidad su Auditorio, y más importante es el saber porqué es importante.

Hablando de tesis, de las discusiones surgidas en este sitio se apoyó una tesina de un estudiante de historia. No sabemos en qué terminó el asunto de su examen profesional. Pero la tesina que nos compartió  hizo explícita una de las características del sitio: el conflicto. Por supuesto que esperábamos molestar a más de uno con lo que escribíamos. Pero esperábamos que la obvia oposición viniera de manera más importante de los habitantes del auditorio. Curiosamente la más radical oposición a todo lo que aquí se expone no proviene de un okupante; sino de algún estudiante que se autodenomina activista.

El trabajo editorial ha constado de varias fases: a) investigación sobre la historia de la Universidad y sus conflictos, b) crítica al discurso okupa; c) investigación de lo que se dice sobre el tema en los medios.

A cuatro meses de comenzar el trabajo tuvo lugar una encendida asamblea que tenía como finalidad cambiar la situación del auditorio. Aunque podríamos decir que fue una "coincidencia" que ocurriera dicha asamblea, pues no fue organizada por autores ni por lectores de este sitio, la cubrimos en la medida de lo posible. Fue una flama que se encendió por algunas semanas y luego decayó.

Así las cosas, con altibajos, esperamos que este trabajo sea productivo en el año escolar que comienza. Ya ha tenido sus frutos con los férreos defensores de la causa del auditorio Justo Sierra que logramos contactar por medio de FaceBook.

El auditorio sigue ocupado, cumple este 4 de septiembre 10 años en esta situación. Ciertamente apenas hemos tocado el tema de la responsabilidad de las autoridades universitarias al respecto, pero si no lo hemos hecho mucho no es por complicidad o por ser su "voz no oficial". Sino por lo lejanos que somos a éstas en nuestra condición de estudiantes o recién egresados de la Universidad. Y porque intentamos explorar el problema desde la dimensión de la comunidad universitaria que alguna responsabilidad tiene también de lo que ocurre en su casa. Mientras tanto, le dedicamos una canción a nuestros incómodos vecinos del Auditorio Che Guevara: