Mostrando entradas con la etiqueta Pasó en la UNAM. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pasó en la UNAM. Mostrar todas las entradas

viernes, 7 de noviembre de 2014

Mas si osare un elemento policial 2.0 (La policía sí puede entrar a la UNAM)

A continuación una reversión (copy/paste salvo por las primeras líneas y un post scriptum) de un texto que recién publiqué en otro sitio.

Resta insistir en que no se trata de una apología por los cuerpos policiales, ni un llamado a que estos entren en nuestras vidas a sus anchas, sencillamente se trata aquí de decir que la desconfianza que tengamos en ellos no es motivo para divulgar la mentira de que la policía no puede entrar a los campus universitarios, como lo asevera el profe en este video:



"Es territorio autónomo esto"

Verá, profe, los alcances actuales de la Autonomía Universitaria atienden a una historia causal que se remonta a las Leyes Orgánicas de 1929, 1933, 1944, actualmente se refiere a tres aspectos que describiremos sucintamente:

1) Autonomía académica: La universidad puede nombrar y remover a su personal académico, seleccionar a sus alumnos y elaborar sus planes de estudios, así como expedir certificados de estudios (a diferencia del resto de las instituciones educativas nacionales, que dependen de la SEP).

2) Gobierno interno: La universidad puede nombrar y remover funcionarios, personal administrativo y establecer las normas que rigen a éstos.

3) Autonomía financiera: La universidad dispone libremente de su patrimonio y puede distribuirlo internamente como mejor lo considere.

La idea de extraterritorialidad, concepto jurídico que se ajustaría a la idea errónea de que los cuerpos policiales no pueden entrar a la Universidad, excede por mucho las atribuciones de la autonomía universitaria, se trata de un mito contemporáneo muy distendido debido fundamentalmente a la falta de información. 

Recordando a Barros Sierra*: 

“la autonomía no equivale a una sustracción de las Leyes del orden común ni a impunidad contra los actos delictuosos cometidos por universitarios dentro o fuera de sus recintos”

Así, “Todo aquel que sea policía y entre en territorio universitario estará violando la autonomía” es un juicio falso. 

No se entienda que pretendo sostener como verdadero el juicio contrario: “Ningún policía que entre en territorio universitario estará violando la autonomía.”, pues -en efecto- es posible que un policía viole la autonomía. 

¿Qué tendría que hacer un policía -o cualquier otra persona- para violar la autonomía universitaria? Simple: imponernos planes de estudios, violentar nuestros mecanismos de gobierno interno, o alterar nuestra administración financiera, regresando a Barros Sierra: 

“existe violación de la autonomía cuando el Estado coarte la independencia académica, o impida que ésta se rija internamente, (...) también hay violación cuando un partido político o una corporación privada interviene en la Universidad alterándola y dificultando el cumplimiento de sus fines.”

Así, todo aquel que cumpla con alguno de los tres requisitos precedentes, o una combinación de ellos, estará violando la autonomía universitaria, trate o no de un policía, e ingrese a territorio universitario o no.

Cito finalmente el comunicado del Consejo Universitario del 26 de Octubre de 1972: 

“Autonomía no significa fuero ni extraterritorialidad. Autonomía es el derecho que otorga la Ley a la Universidad para designar a sus autoridades, establecer sus planes y programas de trabajo, distribuir sus recursos económicos y organizarse sobre la base del respeto a la libertad de cátedra, de Investigación y de difusión de la cultura.”


p.s ¿Saben qué otra cosa sí viola la autonomía universitaria? Que alguien distinto de los órganos de gobierno de la universidad decida que hay un paro (y de si fue democrática la decisión ni hablamos).




*pueden cotejarse las citas en este artículo de Jorge Pinto, cortesía del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Se solicita Rector

En próximas fechas se llevará a cabo el proceso de reelección para el cargo de Rector de nuestra casa de estudios. En varias publicaciones periódicas (por ejemplo aquí) se ha criticado la gestión del actual rector de la UNAM, José Narro Robles. No es el objetivo de la entrada de este blog desmenuzar todo lo cuestionable o también los aciertos del actual rector.


Sin embargo es un punto de vista compartido por varios de los que cooperan en este sitio web que un cambio en la manera en que se relaciona la Rectoría con la universidad es muy necesario, siendo que parece (así es, parece, al menos a partir de las múltiples apariciones públicas de José Narro) que nuestro actual rector está mucho más ocupado en opinar sobre temas de la actualidad nacional (seguridad, educación, política) que interesado en realizar los cambios radicales que la institución necesita.


De este modo, nos tomamos la libertad (con permiso del involucrado) de exponer resumidamente cinco puntos que amablemente Camilo Ayala Ochoa compartió con nosotros, como parte de un extenso programa que él preparó para postularse como candidato al cargo de Rector de la UNAM. Cabe señalar que la Junta de Gobierno de la UNAM "no encontró razones" para nombrarlo entre los cuatro candidatos.


Es una lástima, aquí los cinco puntos:


1. Reducción al mínimo del gasto administrativo, nada de gastos personales y mayores recursos a la docencia. Para dar un ejemplo de austeridad renunciaría al salario de rector.  

2. Total transparencia administrativa. Por ejemplo, los concursos de oposición serían públicos y habría auditorías externas. 

3. Permitir la certificación de las actividades universitarias. No es posible que se tenga miedo al examen de Enlace.  

4. Mayor vinculación entre la sociedad y la investigación. Se crearía una oficina dedicada al estudio de necesidades sociales que abrirían líneas de investigación. 

5. Recuperación de espacios tomados por estudiantes, grupos externos a la UNAM y partidos políticos, tales como el auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras.

jueves, 4 de agosto de 2011

Érase una vez... concierto en el auditorio Justo Sierra

El pasado 6 de julio el tenor mexicano Francisco Araiza fue reconocido con la Medalla de Oro de Bellas Artes que es el máximo galardón que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes. Es difícil para las personas que no estamos inmersos en el ámbito de la música poder apreciar como es debido el mérito y gran trayectoria de artistas como Francisco Araiza.

Francisco Araiza ha participado en conciertos por todo el mundo y es considerado uno de los mejores tenores mozartianos.  En una columna de la revista Proceso, el crítico Mauricio Rábago Palafox escribió:

Lo realizado por Araiza durante los 40 años que lleva ya su carrera es un prodigio en muchos sentidos. Por principio de cuentas tuvo la pericia de saber conjuntar a un grupo de gente que creyó en él y lo apoyó: los maestros Luis Berber, Erika Kubascek e Irma González, el periodista Ricardo Rondón y Carlos Díaz Dupond, hombre muy vinculado a la ópera, y entonces trabajó muy pero muy duro y sin hacer caso de los que opinaban que era imposible lo que trataba de hacer.
 Este importante artista mexicano debutó ni más ni menos que en el Auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras, el 2 de octubre de 1970 interpretando el papel de prisionero en la Ópera Fidelio. Curioso que entre la comunidad universitaria estas cosas se tiendan a olvidar. Hoy luce muy difícil que el auditorio se presenten artistas de esta talla, consagrados; vaya, luce casi imposible que se presenten incluso aquellos que comienzan su carrera. Apenas hace unos meses el célebre Joan Manuel Serrat se presentó en la Facultad de Química en el marco del 95 aniversario de esta institución. Serrat no olvidó su presentación 40 años atrás en CU, también en el Justo Sierra.

Por supuesto, en aquel entonces, cuando Serrat se presentaba en el Justo Sierra y Araiza debutaba en el mismo recinto, no existía la sala Nezahualcóyotl y la sede para la filarmónica de la UNAM era el Justo Sierra. Hoy la sala Neza es el escenario ideal para presentaciones de este calibre, pero esto no inhabilitaba en principio al auditorio de la FFyL para acercar a los universitarios que estudian alrededor del "paseo de las facultades" a importantes eventos artísticos.

Dirán los ocupantes y sus defensores que ahora el escenario es más que un "simple entretenimiento", que ahora ahí se gestan importantes movimientos sociales. Sinceramente soy muy miope y lo único que veo es a un grupo de vagos que han tomado por vivienda y changarro al auditorio (por no mencionar las drogas y el hotel de paso) y un grupo de estudiantes que piensan que con leer los mismos panfletos por medio de los micrófonos de radio-okupación y con pasar el tiempo haciendo mantas y carteles van a cambiar la realidad.

La próxima vez pondré algo acerca de lo que ganamos con el "Che" cuando perdimos al Justo Sierra. A continuación tenemos a Francisco Araiza interpretando Recontida armonia de Puccini:



Y también la famosa y bella Nessun dorma, también de Puccini:



Reportajes que hablan de la medalla otorgada a Araiza:
Recibe el tenor Francisco Araiza la Medalla de Oro de Bellas Artes


jueves, 28 de julio de 2011

Bienvenida a la Facultad de Filosofía y Letras: UNAM Generación 2012

El nuevo ciclo escolar comenzará muy pronto en la Universidad Nacional. En Filosofía y Letras comenzamos con un estreno: el del Edificio Adolfo Sánchez Vázquez, el anexo de la Facultad que aún no he podido visitar, pero que entrará en funciones para satisfacer la alta demanda de espacio que exige el elevado número de miembros de la comunidad de Filosofía y Letras.

El nuevo edificio que toma el nombre del recién fallecido profesor emérito se hizo necesario con el paso de los años debido al incremento de la matrícula estudiantil en una Facultad cuyas instalaciones con más de 50 años de antigüedad ya no son suficientes.

A propósito de ello, nuestra Facultad se caracteriza por mantener un espacio de una enorme extensión en manos de algunos grupos y colectivos ajenos a la Universidad. El espacio en cuestión es el Auditorio Justo Sierra, conocido popularmente con el nombre "Che Guevara". El auditorio sigue siendo, en teoría, el más grande del campus. Sin embargo este mes de septiembre cumplirá 11 años de no estar al servicio de la comunidad.



Por supuesto, sus ocupantes dirán que sus puertas están abiertas a todo el mundo. A lo que me refiero con que ya no presta sus servicios a la comunidad es que, a diferencia de lo que ustedes podrán constatar con sus conocidos que estudian en Ingeniería, Medicina, Arquitectura, Ciencias, u otras facultades, nuestro Auditorio no tiene una oferta cultural dependiente de Difusión Cultural UNAM o académica coordinada por la Secretaría de Extensión Académica de Filosofía y Letras; sino sólo los proyectos que organizan sus actuales dueños.

Por supuesto que esto no parece muy grave, pues los esporádicos talleres, las defectuosas proyecciones de cine por sólo $5 y el comedor vegetariano de los ocupantes del Che, como todo buen negocio, abre las puertas a sus clientes.

Así que, nuevo estudiante de Filosofía y Letras, no esperes escuchar buenos conciertos en tu nueva facultad, pero no te preocupes, los hay en Ingeniería y en Química. No esperes grandes puestas teatrales, pues los compañeros de la licenciatura en Literatura Dramática y Teatro no pueden invitar a mucha gente a sus pequeños teatros-aula, por la carencia de un gran escenario, pero no te preocupes quizás alcances a entrar a una atiborrada pequeña sala en alguna ocasión, o tal vez te animes a visitar el bello teatro de la Facultad de Arquitectura. No esperes proyecciones cinematográficas en una enorme sala de cine como las que antaño existieron y de las que quizás te hayan hablado tus padres, al menos no en la facultad. Pero no te preocupes, nuestro Cineclub Manuel González Casanova se las arregla para conseguir las salas A y B y el Salón de Actos, no tan espectaculares como una sala real de cine, pero algo es mejor que nada. O también puedes usar dos rutas de Puma-Bus o una taxi para ir a los cines del Centro Cultural Universitario.

Si esperas acudir a una conferencia magistral de alguno de nuestros eméritos, o de alguna figura reconocida en el mundo de las humanidades como las que ya nos han visitado en varias ocasiones, tendrás que estar dispuesto a llegar con mucha anticipación al Aula Magna que con todo y ser magna, se quedaría muy corta para figuras a las que mejor se opta por llevar a auditorios de mayor capacidad, como la última vez que Saramago, por poner un ejemplo, visitó la UNAM.

Pero no te preocupes, la ausencia de las instalaciones del auditorio y aledañas pueden suplirse o pasarse por alto, como ha sido durante los últimos 10 años, oferta cultural hay en otras facultades y Filosofía y Letras ya cuenta con un anexo.

Si sientes curiosidad por lo que alguna vez fue el auditorio Justo Sierra puedes preguntar a tus profesores sobre lo que se hacía allí. Pues somos muchas generaciones que lo hemos conocido tal y como está hoy: en coma.

sábado, 23 de octubre de 2010

¿Qué se ha hecho por tratar de recuperar el Auditorio Justo Sierra?





En esta entrega, el Dr. Ambrosio Velasco relata las acciones que durante sus gestiones como Director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM fueron promovidas con el fin de acondicionar el Auditorio Justo Sierra y abrirlo al uso de la comunidad universitaria.

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Quién es el verdadero culpable?

Como era de esperarse, ya circulan las variadas versiones acerca de quién o quiénes son los culpables del atentado en contra de la estatua del Águila y la Serpiente de la Facultad de Derecho.

Por si no se habían enterado, el 2 de Octubre pasado, el monumento fue atacado. En lugar de una copiosa descripción, veamos nuevamente la imagen:


Hasta ahora no ha llegado, o no ha sido lo suficientemente difundida, una versión de los hechos; es decir, un testimonio: "que llegaron y empezaron a gritar y que luego...". Así que agradeceremos si algún lector, de contar con ella, la comparte con nosotros. Simplemente, se perpretó el ataque, así sin más, bajo la impasible mirada de la autoridad (si es que existe). Así, la tan difundida (y conveniente para muchos) versión de la autonomía universitaria como extraterritorialidad muestra su verdadera cara: pareciera ser que la Ciudad Universitaria y demás instalaciones son tierra de nadie. O mejor dicho, son territorio donde la ley que vale es la de los vivales. No es lugar para desmenuzar la variada clasificación de esos vivales que reinan en CU. Pues cada miembro de la comunidad universitaria se habrá topado con alguna variante.

Tan sólo este espacio electrónico está dedicado a la casi utópica visión de un Auditorio Justo Sierra deprovisto de ciertos usurpadores denominados hoy "okupas".

Pero, como decía al comienzo, ahora nos ocupa el atentado en contra del Águila y la Serpiente de la Facultad de Derecho. Que si fueron unos mal vivientes ignorantes que formaban parte del contingente de manifestantes, que si fueron los mismos okupas, que si fueron las autoridades que pretendían poner con esto a la comunidad en contra de tal o cual.

Es curioso analizar un poco que implican y a dónde nos llevan tales hipótesis. Por ejemplo, si uno le busca en You Tube, podrá encontrar videos de marchas anteriores en CU y otros puntos de la ciudad, como ésta, del 6 de febrero de 2010. A los "activistas" les gusta documentar sus actividades, sin embargo parece difícil, al menos por ahora, encontrar algún video de celular en el que se vea la destrucción de la estatua, al menos hasta que surja un indiscreto.

Por supuesto, no ha faltado quien exija las grabaciones de las cámaras de seguridad que muestren a los que perpetraron el crimen. Y no faltará quien diga que si no han sido mostradas en los medios ha sido porque las mismas autoridades han llevado a cabo el atentado con algún fin... "que ya sabemos cuál es". Extraña esta hipótesis, que supone que la autoridad pretende por este medio enardecer a la comunidad para que ésta lleve a cabo quién sabe qué cosa "que ya sabemos qué". Digo que es extraña, porque habiendo optado por la tregua, por el camino fácil y sin conflictos del "dejar hacer", sería meterse en escollos más pronunciados ir por esta otra vía.

Por otra parte, un grupo de activistas de la misma Facultad de Derecho ya se ha apresurado a deslindarse del ataque que atribuye a algunos "mozalbetes", es decir, mocosos que no tenían algo mejor que hacer que tergiversar el significado de fechas de luto y aprovechar para hacer desmanes.

Habrá quienes culpen a los mismos okupas y anexos, queriendo aprovechar el entusiasmo para que se haga algo por sacarlos de una vez de la UNAM.

¿Qué nos muestra todo esto? Que, como decía el Jefe en su reportaje, más allá del autor o autores materiales del atentado, que habrá sido cualquier irresponsable anónimo; importa ver las condiciones que han propiciado que en el campus central de la Universidad "más importante del país" se lleve a cabo un atentado de tal índole en contra de un símbolo patrio. A unas semanas de conmemorar el Bicentenario de la Nación y el Centenario de su Universidad; en el corazón mismo del lugar de donde debería emanar la racionalidad, tiene lugar semejante acto de barbarie. CU es tierra de nadie, y sépase que cualquiera puede entrar al campus, amagar al pobre cuerpo de vigilancia (si tuviera la ocurrencia de ofrecer resistencia) y hacer de las suyas.

Mientras tanto, las autoridades (el Rector en primer lugar) callan. Por otra parte, importa ver y escuchar las distintas manifestaciones del "estudiante de a pie", que aprovecha la ocasión para expresar su desacuerdo porque hay salones ocupados en su facultad, o porque se presta tanta importancia a protestas  carentes de seriedad, o porque cualquiera amenaza con clausrar servicios que no le complacen, etcétera. En FB circula ya un grupo que piensa hacerse oír. Los alumnos protestan, y esperemos, sea una oportunidad, el próximo viernes a las 11 horas en la explanada de Derecho, para que la comunidad, sin intermediarios ideológicos de por medio, se haga escuchar y haga saber que ya está harta de lo que se ha mencionado en sin fin de espacios y que no termina de volverse un tema de primera importancia: ¿En manos de quién está la Universidad, cuando cualquiera puede secuestrar un auditorio y mantenerlo así por 10 años, cuando cualquiera destruye un monumento que exigía respeto, cuando cualquiera entra y comercia la droga por la que la gente está matando y muriendo en todo el país, cuando cualquiera hace víctimas del delito a los estudiantes?

Y este, es sólo uno de los problemas de la UNAM, no sé si el más importante, pero sí el más escandaloso.

La UNAM: ¿"Casa de la Libertad"?

domingo, 27 de septiembre de 2009

Crónicas de una asamblea (II)

Hola estimados lectores: como mi computadora ha fallado no había estado al tanto de todo lo que ha ocurrido momento a momento en este blog. Apenas veo las fotos y supongo que ya se retiraron las que ofendieron a más de uno. En ningún caso es nuestra intención causarle perjuicio a nadie, ni siquiera a nuestros opositores. En breve se verá la pertinencia de la permanencia de las fotos restantes en el blog. Como saben éste es un equipo de trabajo y esas decisiones se tomarán conjuntamente. Me preocupen las reiteradas manifestaciones de odio en los comentarios. No tanto porque tema por mi persona (aunque también) sino porque hacen lo que precisamente un comentarista señaló: dividir a la comunidad. Creo que una lectura atenta de todo lo que hemos publicado da muestra de lo contrario. Hemos procurado presentar sólo argumentos, razones, y hemos procurado mantener al margen la aversión. Claro que tomamos una posición. Pero intentaremos vencer la opuesta con razones, nunca con intimidación. Mi crónica no es tan buena, tan objetiva ni tan veraz como la de La Jornada... pero hago mi lucha.

Crónica de una Asamblea II

Había pactado ver a mis compañeros antes de las 13 horas para esperar juntos el momento de la asamblea. Cuando entré a Filosofía y Letras vi una vez más la manta que convocaba al evento, la manta en la que algunos estudiantes osaron llamar a sus compañeros en torno al tema del auditorio Che Guevara. En la que el gesto de osadía fue todavía más allá al añadir a la manta el siguiente mensaje: “esta vez va en serio”. Justamente en ese momento un par de estudiantes que están en contra del desalojo del auditorio pegan unos pequeños papelitos en forma de estrella sobre dicha manta, los papelitos traen escritas varias consignas breves que mi memoria no retuvo, pero que son muestra del desacuerdo que hay entre algunos a la convocatoria del cartel. Quizás con la intención de ganar adeptos a su causa, quizás con la intención de mostrar que no bajarán la guardia.

Al llegar con uno de mis amigos, me confiesa éste que siente una espacie muy extraña de emoción por lo que está por ocurrir. Días antes me había expresado su inquietud respecto a la asamblea. En nosotros rondaba la preocupación de que pudieran producirse confrontaciones estériles o violentas. También había sido tema la cuestión de si era el mejor modo de buscar una solución. Como él lo veía era como un proceso gradual, a mediano plazo... por no desesperanzarnos al decir "largo". Pero ya se había hecho cargo de difundir la convocatoria aquí en este sitio, pues la consigna es unir esfuerzos.

De cualquier forma la hora se acercaba, ya estaba siendo instalado un equipo de sonido. Al dar prácticamente las 14 horas ya había varios núcleos de estudiantes y profesores en el perímetro de lo que sería la mesa que presidiría la asamblea. Como ustedes recordarán toda una sección del estacionamiento de la facultad se mantuvo libre de vehículos con ese fin. Hecho curioso por lo que más adelante voy a relatar. Al ser prácticamente la hora y habiéndose hecho la prueba de sonido los organizadores comienzan a avisar a las personas circundantes que es conveniente que tomen sus lugares en el estacionamiento y se sienten para comenzar la asamblea en condiciones óptimas. En un dos por tres ya era una cantidad enorme de gente la que había atendido a la convocatoria. ¿Alguien había pensado que el tema del auditorio había dejado de interesarle a la comunidad de filos? Al menos yo no recuerdo una convocatoria tan grande y tan plural. Desde el año de 2002 que pisé por primera vez la facultad en calidad de estudiante había presenciado muchísimas convocatorias a asambleas. Por lo general se celebraban en el “aeropuerto” de la facultad. Planear una asamblea en un espacio tan pequeño implica la conciencia de los organizadores de la cantidad de posibles asistentes. No dudo que en todos estos años se hayan llevado a cabo otras asambleas en otras sedes, como el Aula Magna, el Jardín de los Cerezos, las inmediaciones de la Biblioteca Central y el mismo auditorio Che Guevara.

Sin embargo, dada la cuestión que se iba a discutir se tomaron las providencias necesarias para que cuando menos no faltara el espacio. Por ello se inhabilitó una sección del estacionamiento. Como decía, la convocatoria fue muy amplia. De inmediato pude ver a varios profesores que esperaban el momento en que comenzara la asamblea. Como bien sabrán los habitantes de la facultad, esto no es algo común. Y de los estudiantes también hay que hablar: la convocatoria alcanzó, no tengo la menor duda, a muchos de esos jóvenes que por lo general prefieren dedicarse a sus estudios que atender a eventos de ésta índole. Atención, no estoy haciendo ninguna valoración implícita o explícita, me limito a describir un hecho conocido por todos. Yo mismo fui un alumno que no asistía a asambleas y cosas por el estilo. No por alguna razón en específico, simplemente tenía otras cosas que hacer. Sin embargo, muchos estudiantes estaban allí, ansiosos de participar de alguna manera en lo que parecía ser el primer paso hacia la recuperación del auditorio.

“¿Pero cómo? ¿no estás, Ivo, atribuyendo de entrada a la totalidad de los asistentes el mismo deseo que tú tienes? También había sin duda personas que tenían una intención contraria a la que supones preponderante”... podría reclamar alguien legítimamente.

Bueno, de entrada hay que relatar lo siguiente: me sorprendió el hecho de que varios de los que parecían estar coordinando el inicio de la asamblea eran los mismos que en ocasiones anteriores se habían reunido para reclamar la devolución del pasto que fue sustituido por piedras en las vacaciones, la rendición de cuentas por parte de las autoridades de la facultad, los recortes a las becas de los posgrados, entre otras cosas. Me sorprendió pues yo había supuesto con anterioridad que el tema del auditorio no pasaría jamás por su agenda. Cuando comenzaron a presentarse lo hicieron a nombre de la “Asamblea de la facultad de filosofía y letras”. Ese hecho sembró dudas no sólo en mi sino en varios asistentes. Escuché a una mujer preguntar a alguien de qué iba a tratar exactamente la asamblea a lo cuál su interlocutor respondió “pues nosotros vinimos por lo del auditorio”.

Pude notar que había unas estudiantes cerca de la mesa y que aparentemente discutían de qué se iba a hablar y en qué formato. Una vez que los miembros de la “Asamblea de la facultad” ratificaron ante el público el trabajo que habían venido haciendo desde principios del semestre hicieron explícita su intención de tratar varios problemas que habían agendado en su reunión anterior, y que, como sospechaba, no incluían el tema del auditorio. La gran mayoría de los asistentes, me atreveré a decirlo, se sintió timada... o al menos esa es la explicación que encuentro al hecho de que casi todos gritaran “¡Nooo!” ante la propuesta de los temas a discutir.

De inmediato surgió la justificada indignación de los miembros de “la Asamblea” pues consideraban que era una falta de respeto a su agenda y a su trabajo durante el semestre que la mayoría de los asistentes (que no habían estado en las otras asambleas) prefiriera discutir otro tema. Y digo que la indignación era del todo justificada si, como supusimos algunos, el equipo de sonido era de ellos.

Una vez que “la Asamblea de la facultad” mostró su desacuerdo con que la gran mayoría de los miembros de la facultad quisieran discutir algo que no estaba agendado, pues era su asamblea, salió al rescate de la cordura un estudiante que trató de apaciguar los ánimos para que todo se condujera con civilidad.

Ante el grito casi unánime de: “¡Auditorio, auditorio!” se resolvió que se hablara del auditorio. No se dejaron de escuchar voces entre los asistentes que clamaban: “¡cómo si fuera el problema más importante!”, “hay otras cosas de qué hablar”.

Comenzaron las intervenciones no sin un alto grado de pasión y desorden. Apenas se identificaba “la facción” del orador, “la facción” opuesta mostraba su rechazo. Estás muestras iban desde simples señales con el dedo queriendo decir: “no” hasta gritos e improperios. Pero si alguien osaba usar sus tres minutos para hablar de otra cosa ocurría algo como lo siguiente: un estudiante del posgrado de Estudios Latinoamericanos que no desaprovechó la ocasión para hacer del conocimiento de todos (una vez más) la precaria situación económica de los estudiantes cuyas becas presumiblemente corrían riesgo de ser recortadas, fue acallado por la multitud, no sin antes recordarle a los insensatos que esas medidas afectarían a las futuras generaciones.

Se acordó más adelante después de mucha insistencia que no habría resultados ostensibles de aquella reunión si los representantes de los diversos puntos de vista no guardaban silencio y respetaban la exposición del otro. Fue de llamar la atención el momento en que una estudiante que moderaba la asamblea reprochó a un grupo de profesores no guardar la compostura. Así las cosas, las intervenciones fueron sucediéndose con un poco más de orden. No sé si sería mi imaginación, muchos de ustedes juzgarán que llevo agua a mi molino, pero recuerdo que al menos en los primeros minutos de la reunión fueron intensos los vítores a las personas que exponían por qué querían la devolución del auditorio; para constatar o refutar este hecho esperaré a escuchar las opiniones de otras personas que estuvieron allí. Los que no asistieron no tienen por qué creerme.

Más adelante, en los próximos días nos ocuparemos de hablar concretamente de los argumentos que se expusieron a favor y en contra de la devolución del auditorio. Adelantando que no privó, al menos por algunos momentos, la postura negro/blanco. Hubo algunos estudiantes que se expresaron en favor de cierta conciliación.

Ahora va el apéndice subjetivo
(muchos compañeros favorables a la ocupación pueden dejar de leer aquí, no porque piense que no sea posible dialogar con ustedes, sino porque al parecer no desean hacerlo. Ya me puedo imaginar sus insultos, no necesitan escribirlos):

Yo estuve casi en primera fila y al menos a mi rededor pude notar lo siguiente: aunque en lo general se guardó la compostura conforme avanzó la asamblea había personas que no perdían la oportunidad para hacer acotaciones o comentarios en voz alta a lo que decían los oradores. Curiosamente este fenómeno tuvo lugar más frecuentemente (podría decir que ininterrumpidamente) cuando tomaba la palabra una persona que expresaba su deseo de recuperar el auditorio. También solía ocurrir que cuando terminaba su participación fuera increpado con un fallido aunque irritante y cínico intento de sarcasmo por alguno de los que tomaron la palabra en los primeros puestos para defender la ocupación del auditorio.

No digo que del otro lado todos se hubieran guardado respetuosamente sus comentarios siempre. Me tocó ver el caso de una chica, que después de haber expresado su total rechazo a las condiciones poco dignas para un auditorio universitario que privan en el Che, fue abordada con comentarios burlones de la siguiente índole: “¿quieres que esté abierto para todos? ¿incluso para los fascistas?” ante lo cuál respondió, a diferencia de su interlocutor, visiblemente afectada y quebrándosele la voz: “Sí, para todos”.

Avanzó al tiempo. Muchos de los profesores que había identificado se habían retirado. No todos, algunos estuvieron más tiempo que yo. Varios estudiantes fueron levantándose poco a poco, alejándose. Entre los que permanecían el ánimo se agotaba. Cada vez eran más aplaudidas las intervenciones de los simpatizantes de la ocupación. También eran más potentes sus gargantas. Llegó un momento en el que un ferviente simpatizante de la ocupación y conocido de todos ustedes (digo, como comentador del blog, no empiecen con paranoias) tomó la palabra. Hizo publicidad de este sitio y cuando se le acabaron sus tres minutos preguntó a la concurrencia si se le permitiría leer un breve escrito. Varios de los asistentes ubicados cerca de la mesa, de pie, exclamaron: “¡Sí!”. Como digo, a esas alturas ya eran más enérgicos ellos. Al extenderse la lectura del ensayo del orador varios empezaron a quejarse, ante lo cual la moderadora recalcó que la asamblea había dicho que sí permitiría la lectura al orador. De nuevo asintieron ruidosamente los mismos de antes. Concluyó por fin su manifiesto con aplausos de sus simpatizantes.

A esas alturas del partido se anunció que quedaban 29 participaciones, más los que se decidieran apuntar. Había que decidir qué hacer pues el tiempo sería factor de desgaste. Me tuve que retirar, había que ir a trabajar.

Seguramente muchos tenían una propuesta, una idea, una opinión que les daba vueltas en la cabeza. No pudieron acercarse a la mesa para apuntarse o no se sintieron con ánimos de hacerlo. Después de todo eso implicaba exponerse a ataques verbales de diversa índole. Tampoco tomó la palabra (mientras yo estuve) algún profesor. O alguna autoridad.

Éste fue el primer paso. El llamado es a no desilusionarse y comenzar a organizarse. Hay que agradecer profundamente a quienes convocaron la asistencia con el tema del auditorio (¡¿qué importa si el desplegado lo pagó el mismísimo Slim?!). Creo que ahora hay bases para realizar trabajo efectivo. Fue un importante primer paso. Varios no esperábamos que tuviera saldo completamente favorable. Me quedo con el comentario de un lector de este blog:

lo único que se salva del día de hoy es que todos llegamos a un punto en común y eso nos convierte en una COMUNIDAD ESTUDIANTIL


Al menos sirvió para darnos cuenta de que las personas que desean ver al auditorio trabajando como el resto de las instalaciones universitarias es muy grande. La comunidad no fue indiferente ante este problema. También sirvió para poner en evidencia los recursos argumentativos de los que sostienen el discurso de que la negociación es imposible, de que el auditorio “no puede regresar al poder de las autoridades”. No sé cuál era la “sorpresa” que prepararon los okupas. ¿Será que pretendieron llevar a sus “mejores” oradores? Francamente, lo único que me habría sorprendido es que hubieran actuado diferente a como de hecho lo hicieron.

sábado, 26 de septiembre de 2009

La vara que midas...

Eso es valentía, estoy seguro.

Déjenme contarles un cuento en dos actos.


Primer acto.
En un refinadísimo comentario enviado ayer al presente blog se le dice a mi amigo Ivo Basay: "llora Basay, llora, no te queda de otra. Ora sí ya te tenemos en foto".

Segundo acto.
En otro refinadísimo comentario, de un no menos eximio (que no ex-simio) comentarista, enviado hoy al presente blog se dice a Zabateck: "Es ofensivo que nos saques fotos, porque seas tira o no, la tira ve esta página de mierda y seguro que toma nota. No mames compa, la cagaste bien gacho si no eres tira, y si sí, vas y chingas a tu madre porque a todos los vamos quemar un día de estos. Exijo a la administración de este blog que, por la seguridad de los estudiantes, esas fotos sean retiradas inmediatamente. Si no, procederemos al juego sucio de los hackers y quitamos la página entera, ustedes deciden".

¿Cómo se llamó la obra?

viernes, 25 de septiembre de 2009

La voz de la imagen








En un llamado a la cordura y la congruencia se ha pasado el foro de "La voz de la imagen" al blog: http://gladiadoresdejustosierra.blogspot.com, de esta manera serán las gráficas las que hablen por si solas.