Decía ayer que es necesario demandar al CGH. Como bien se apuntó en su momento, ni el delito ni el delincuente son fácilmente identificables. Eso lo entiendo. Pero también dijo Anónimo por ahí que esos que mantienen secuestrado al Auditorio Justo Sierra no son el CGH, porque esa organización delictiva desapareció al terminar el secuestro general de la UNAM el 6 de febrero del 2000. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Ni el CGH apareció de la nada, ni desapareció mágicamente; más bien, diría yo, el CGH mutó. No conozco las razones de la mutación, pues nunca he estudiado parasitología evolutiva, pero sí sé que las formas anteriores de ese grupo delictivo fueron especialmente mutágenas. Aún falta escribir, o si ya se escribió yo no la he leído, la historia de los conflictos universitarios hasta el CGH. Cuando se escriba no deberíamos olvidar que detrás del nacimiento del CGH, el 19 de abril de 1999, estuvo un famoso manifiesto (28 de noviembre de 1998) publicado por Adolfo Llubere y Carlos Ímaz, que operaban, respectivamente, como Director de Campañas para la Participación Ciudadana y Director General de Participación Ciudadana del gobierno perredista del Distrito Federal. O que antes de ser CGH fue CEM (Comité Estudiantil Metropolitano), y que como tal fue defendido por Higinio Muñoz (19 de junio de 1998), suspendido de la UNAM el 16 de junio de 1997 por daño al patrimonio universitario y quien ahora forma parte de la Red Internacional de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, de Alianza Socialista y del Frente Nacional Contra la Represión, además de ser uno de los demagogos encargados de movilizar a muchos rechazados tanto de la UNAM como del IPN con la finalidad, expuesta en un mensaje a López Obrador de julio de 2006, de promover, como única posibilidad, la lucha en las calles y una gran huelga nacional. O que el 22 de mayo de 1998 nace el FPUDEPG (Frente Promotor Universitario en Defensa de la Educación Pública y Gratuita), versión anterior del CEM, promovido por Mario Benitez, mejor conocido como El Gato y líder de una de las fracciones del CGH, y por varios miembros del CEU (Consejo Estudiantil Universitario), así reconocido por el FPUDEPG el 8 de junio de 1998. O que el CEU motivó la primera entrada de la policía a algún recinto universitario, en cuanto al conflicto de estos años se refiere, al promover los desmanes del 23 de abril de 1997. O que la forma parasitaria anterior al FPUDEPG fue la CTDEP (Comisión Trilateral en Defensa de la Educación Pública), apoyada por los entonces senadores perredistas Félix Salgado Macedonio y Héctor Sánchez. O que el CEU, en gran medida el tronco biológico común de las formas parasitarias hasta aquí mentadas, fue conformado por personajes como Adolfo Llubere, Carlos Ímaz, Rosario Robles, Salvador Martínez della Rocca, Fernando Belauzarán e Inti Muñoz, todos ellos colaboradores y adherentes de cierto partido político. Tan sólo han reacomodado las formas, cambiado las siglas y movido las piezas; los métodos de operación, los clientelismos y los compromisos políticos siguen siendo los mismos. Cuando no han estado causando estragos a la UNAM, han estado becados por la UNAM o formando parte de los gobiernos del PRD. Todo esto hacia el pasado del nacimiento del CGH. La historia también es interesante después del nacimiento. Se podrían mencionar cosas como aquella declaración de Carlos Ímaz, del 28 de abril de 1999, en el sentido de que era mentira aquello que muchos sospechábamos, pues "el PRD no está detrás de los estudiantes, sino al lado". O bien sería bueno documentar la misteriosa reunión, en casa de Ricardo Pascoe, entonces delegado en Benito Juárez, a la que asistieron varios líderes del CGH y Martí Batrés; reunión que, según declararon para los diarios del 5 de mayo de 1999, era netamente literaria. Ese ha sido el CGH, en sus múltiples avatares. Es cierto que más tarde, el 4 de agosto de 1999, los ultras del CGH rompen con Cuauhtémoc Cárdenas; pero también es cierto que el 22 de junio del 2000, en plena campaña presidencial, se dio la ansiada reconcialiación de los eternos enamorados, pues Cárdenas fue recibido en la UNAM, y no fue agredido como tristemente sí lo fue don Gilberto Rincón Gallardo, y su vocero, Imanol Ordorika, participante por videoconferencia en el décimo aniversario del CEU el 15 de noviembre de 1996, declaró complacido que la UNAM era nuevamente cardenista. Son los mismos. Claro, la huelga terminó y el Auditorio Justo Sierra fue recuperado, pero el 4 de septiembre del 2000 volvió a ser secuestrado por el CGH, así lo reconoce la organización delictiva en un boletín del 7 de septiembre del 2000. También se identifica a los secuestradores como CGH en los pasillos y la calle, lo mismo se dice en una nota de Excélsior del 20 de noviembre de 2007, y en una de Reforma del 6 de febrero de 2009. Sí es el CGH. Tiene secuestrado el Auditorio. No tiene derecho a hacerlo. Tenemos que recuperarlo.
5 comentarios:
Dato interesante: El cubículo tomado en el edificio A8 de la FES Acatlán ostenta las siglas CGH; el auditorio Justo Sierra no. Los firmantes son una serie de "colectivos", espero tener tiempo (y estómago) para bajar a conseguir la información al rato.
Hola.
Existe una inmensa láguna de información en todo el texto que expones.
Empresa por aclarar que el hombre que se le otorgó al auditorio justo Sierra, y que después se transformó en el año 1987 Ernesto Che Guevara, no son obra del CGH.
Comentar que también ya existe un libro sobre la historia de los movimientos y conflictos estudiantiles en la historia de la Universidad nacional autónoma de México. En este punto quiero destacar que gracias a esos movimientos la Universidad es autónoma.
También decirte, que una de las primeras entradas de la policía en la Universidad se dió en 1936, justo por la lucha por la autonomía universitaria.
Es bien cierto cuando hablas de la reunión que se debe la casa de Ricardo Pascoe, pero esa reunión de los supuestos dirigentes del CGH sólo acudió Rodrigo Figueroa, del cual hoy no sabemos nada de él.
Fuera de todas estas imprecisiones coincido contigo en que la comunidad tiene que hacerse partícipe de las actividades universitarias. La recuperación del auditorio debe hacerse a través del trabajo solidario, propositivo, innovador y desde luego lleno del espíritu de colaboración y compromiso universitario.
Toda la información que aquí escribes es imprecisa y una gran llamarada de petate que al igual que todos esos políticos que mencionas no hace más que incentivar a nada.
En todas estas líneas no se puede leer una sola propuesta de que parte para solucionar el problema que planteas. Es una pena pues has caído definitivamente en lo que tú criticas: la demagogia.
Pues sí y no Anónimo.
En ningún momento pretendí que este breve texto fuese el estudio completo de la historia del CGH, o incluso de los movimientos estudiantiles, tan sólo pretendí, y así lo digo, mostrar que el nacimiento del CGH no es nada nuevo, y que su permanencia, incluso cambiando de nombres, no es algo que deba sorprendernos.
Que si no llamo a nada o si soy un demagogo, pues creo que ha de juzgarse tanto por el texto del que este es glosa, como por los siguientes que volvieron al asunto.
Que no propongo nada, pues no, más allá de ver el tejido del pasado del CGH no propongo nada. Eso lo he hecho en otras entradas.
Sobre el libro, pues si bien hay algunos que abarcan la historia del periodo mentado, lo hacen seccionando los movimientos, con lo cual, según quise mostrar aquí, se oculta mucho más de lo que se muestra. No conozco ningún libro que muestre cómo se ha dado el paso de un movimiento a otro. Todos son fragmentarios. Anecdóticos. Quizá no hay otra manera de hacerlo.
En cuanto a la relación entre la autonomía y los movimientos, pues no creo que sea tan directa. También lo he expuesto en otra entrada, y pronto me volveré a ocupar de ello.
Gracias
Ya tenía mucho tiempo que lo tenía en mente y ahora no tengo el nombre preciso, pero sí encontré un libro que más o menos es esa historia de los conflictos universitarios. Luego te digo cuál es.
ɐʇoıpı 'ɐʇoıpı 'ɐʇoıpı un sǝɹǝ 'ǝʇsɐɯɐu
:ǝpıʌlo ǝʇ ǝs ou ǝnb ɐɹɐd olǝʇıdǝɹ ɐɹoɥɐ
˙ɐʇoıpı 'ɐʇoıpı 'ɐʇoıpı un sǝɹǝ 'ǝʇsɐɯɐu
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