Sobre el mitin del 11 de junio de 2009, Facultad de Filosofía y Letras.
Respecto a mi participación en el mitin realizado el 11 de junio de 2009 a las puertas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, debo decir que no tuve alternativa: Trabajo en un cubículo de la Torre I donde irremediablemente escucho todo cuanto se dice por los altavoces de los ocupantes del Auditorio Justo Sierra.El mitin, si entendí bien, tenía por objetivo hacer oír la voz de las asociaciones ocupantes del Auditorio Justo Sierra, quienes desde el jueves de la semana pasada han manifestado su inconformidad en primer lugar con el desalojo de los vendedores que ocupaban los andadores en derredor de la Facultad, y en segundo y más importante, con la presencia de elementos de seguridad UNAM en los bochos ubicados en el andador.
¿Cuál es la molestia y para quién?
La consigna es que la presencia de dichos vehículos es un tipo de hostigamiento, una medida fascista de represión y provocación; la versión de las autoridades universitarias es que se trata de una medida para evitar que los vendedores ambulantes vuelvan a ubicarse en los andadores de la Facultad.Los vendedores ambulantes desalojados continuaron la lucha por los espacios que, a juicio suyo, tenían derecho a ocupar para realizar actividades comerciales; las autoridades universitarias retiraron a todos aquellos que no contaban con los permisos para ejercer tales actividades, es decir, dejaron sólo dos kioscos de comida. La campaña de los vendedores, hay que señalar, se ha deslindado de los colectivos ocupantes del Auditorio Justo Sierra. Sostienen un llamado a la comunidad universitaria para que les confiera el permiso de vender como lo han venido haciendo hace años. Algunos universitarios firman y otros no; la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras acopia también firmas de quienes apoyan las acciones promovidas por el Consejo Técnico y la Directora Gloria Villegas.De modo que hasta aquí el problema es el espacio de los vendedores, el derecho a vender (al margen de la legislación universitaria) y si la comunidad universitaria apoya o no el desalojo de los vendedores.
Asesinato en Filosofía y Letras
El desalojo de los vendedores, quienes obviamente encontraron un buen nicho de mercado en la Facultad de Filosofía y Letras, no es un tema nuevo en la agenda de la Dirección de la Facultad de Filosofía y Letras; cobró especial urgencia dados los incidentes del pasado martes 2 de junio, cuando en lo que se presume un ajuste de cuentas un narcomenudista fuera asesinado en el estacionamiento de la Facultad.El ahora occiso había sido identificado desde hace varios años, y había sido detenido previamente ya, por cargos relacionados con tráfico de drogas en la zona de Ciudad Universitaria. Muy afortunadamente el incidente no propició una campaña de desprestigio contra la Universidad en general.
El edén
El problema del desprestigio ha tomado seriedad en fechas recientes, desafortunadamente por causa de la población estudiantil. El problema del consumo de drogas en las afueras de la Facultad de Filosofía y Letras y al exterior de la Biblioteca Central tampoco es novedad, hasta el semestre pasado un buen número de estudiantes bebía en los linderos de Ciudad Universitaria a un costado de Avenida Insurgentes en lo que cínicamente llamaban “el Edén”. El espacio recreativo Puma fue la alternativa que las autoridades promovieron para disuadir a los estudiantes de reunirse con tales fines en dicha ubicación; reforzaron la vigilancia de Auxilio UNAM hasta que la práctica cayó en desuso. La desaparición del río de orines que bajaba de los prados universitarios al estacionamiento de la Facultad de Filosofía y Letras no fue la única consecuencia; los estudiantes movieron su lugar de reunión al exterior de la Biblioteca Central… Al momento la práctica ha menguado debido a la contingencia sanitaria que se presentó en mayo, una contraintuitiva consecuencia favorable de la situación. Los estudiantes universitarios no son niños; afortunadamente tampoco fueron los días del Edén motivo de algún incidente qué lamentar. Si los jóvenes son conscientes del manejo responsable del consumo de la sustancia que sea que vayan a consumir, deberán serlo también del lugar en que lo hacen: La autonomía universitaria no es para consumir drogas o embrutecerse con alcohol.
Entonces, ¿de qué se trató el mitin?
Hasta aquí se han expuesto problemas auténticos de la comunidad universitaria: el consumo de drogas, el comercio informal en los andadores de la Facultad, la violencia consecuencia del tráfico de drogas. ¿dónde entran los ocupantes del Auditorio Justo Sierra?A decir suyo, la presencia de los bochos de Auxilio UNAM es hostigamiento y provocación, el jueves 4 cerraron el circuito escolar impidiendo el acceso a Ciudad Universitaria, y más gravemente, atrapando a quienes querían retirarse de la Facultad de Filosofía y Letras ¿Por qué? Porque los estaban hostigando con bochos estacionados. A decir de los oradores, se trata de un tipo de provocación: “ponen esos bochos para que los destruyamos” (sic).En una pantomima de consenso, quienes cerraron el circuito formaron una comisión para ir a solicitar a la Directora de la Facultad de Filosofía y Letras, Dra. Gloria Villegas Moreno, atendiera su solicitud de retirar las insignias del fascismo que coartaban su libertad (los bochos).
¿Por qué representan los bochos una amenaza para alguien además de los vendedores?
La exégesis de los ocupantes del auditorio Justo Sierra respecto a la entrada de peritos para hacerse cargo del incidente del 2 de junio representó una violación a la autonomía universitaria. Pareciera que la Facultad de Filosofía y Letras, Rectoría o tal vez los ocupantes del Auditorio deberían ser quienes determinaran las causas de la muerte del narcomenudista, su identidad y todo lo que circundara su muerte… La UNAM debería tener un área designada para tales enseres: ¿quién postula entonces que haya policía en la UNAM?Las autoridades Universitarias, conscientes de que no es su papel determinar causas de muerte de nadie, ni hacer averiguaciones previas, ni posteriores, ni establecer las condiciones en torno al incidente dan paso a las autoridades Judiciales competentes, ni más ni menos: Eso no es una violación a la autonomía universitaria.La entrada de las autoridades a CU, el desalojo de vendedores y la presencia de Auxilio UNAM en los andadores despejados es interpretada como una amenaza para los ocupantes del auditorio Justo Sierra porque: “Pueden cualquier día venir y por la fuerza catear el auditorio, violando la autonomía universitaria como hace diez años." (sic)
¿Cuál es el argumento?
Dado que existe una falsa guerra en contra del narcotráfico, encabezada por Felipe Calderón, el asesinato del narcomenudista fungiría como el pretexto para a) desalojar a los vendedores y b) eventualmente buscar desalojar el auditorio Justo Sierra. Gloria Villegas, que es una priísta, dio entrada a la Policía al la Facultad y mantiene a los policías hostigando a los jóvenes estudiantes.
La postura
De acuerdo con sus ocupantes, el Auditorio Justo Sierra es ocupado por la comunidad Universitaria para eventos culturales, cuenta con un comedor vegetariano donde los estudiantes pueden comer algo antes de entrar a sus clases. Todos los universitarios y no universitarios pueden usarlo, pues es de dominio público. Los conciertos que se organizan en su interior son manifestaciones culturales a través de las cuales los colectivos se ayudan para seguir “la lucha”, pues algunos de los ocupantes forman parte de movimientos sociales, cumpliendo con su deber como universitarios. ¿Por qué pensar que hay drogas ahí dentro?, y si las hubiera, ¿qué la UNAM no es autónoma?, y si no lo fuera ¿qué no el Auditorio Justo Sierra sigue las normas establecidas por sus ocupantes?
La situación actual
De acuerdo con los ocupantes del auditorio Justo Sierra, hay policías infiltrados en la Facultad, están vestidos de civiles y los hostigan junto con los elementos de auxilio UNAM. No es algo que pueda probarse ni refutarse, pero de acuerdo con ellos hay qué creerlo. Adicionalmente, están ahí haciendo una labor de espionaje; no obstante, fueron denostados a través de los altavoces, diciéndose de ellos en su presencia que “son gente que no piensa”(sic) cuando no atendieron la solicitud de los manifestantes de retirar los bochos para que pudieran hacer una mini-marcha de la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras al Auditorio Justo Sierra. Entonces… ¿Piensan los miembros de Auxilio UNAM o no? Porque, ser un espía toma inteligencia; si dicen lo contrario parecería que simplemente los querían insultar.Los bochos fueron arrastrados por un grupo de jóvenes que festejó su propia hazaña una vez que los bajaron del andador.Entonces, la priísta Gloria Villegas, siguiendo las órdenes dictadas por Felipe Calderón en su falsa lucha contra el narcotráfico hostiga a los estudiantes para quitarles el Auditorio Justo Sierra a través de espías que no piensan y bochos azul y oro; de acuerdo con ellos no deben ceder porque si lo perdieran, no habría lugar para las actividades culturales pues “si pides un lugar para hacer algo, no te lo dan” (sic). Aquí es pertinente declarar como trabajador: La Facultad de Filosofía y Letras ha estado atestada de eventos, llena al tope; los espacios están saturados por los grupos de Licenciatura y Posgrado. Los coordinadores y miembros de las distintas divisiones hacen milagros para acomodar horarios: Que no se presten espacios en la Facultad de Filosofía y Letras para realizar actividades culturales es categóricamente una mentira; en contraste, el auditorio Justo Sierra no se ha podido utilizar hace diez años para un solo evento que no sea organizado y avalado por sus ocupantes.
El contexto
De acuerdo con sus ocupantes, el Auditorio Justo Sierra (Che Guevara como lo han renombrado) es utilizado por la comunidad universitaria en su compleción, se trata de un avatar de la lucha del pueblo en contra de las decisiones tomadas por una minoría y el autoritarismo, es estandarte del triunfo en la defensa de la Universidad pública y gratuita, y debe permanecer intocado por todas las virtudes que representa.En contraste, diremos que luce como un chiquero, quienes lo ocupan dicen ser estudiantes; los universitarios que los miramos atónitos vociferar nos preguntamos ¿de quién son alumnos?, ¿quién les enseñó lógica o retórica?, ¿aprobaron el curso? Ese profesor está haciendo algo mal. Dicen que los comités de la Facultad y de la Universidad en general son herramientas tiránicas, que las decisiones las toma una minoría, pero tiene ya un buen rato que quien decide sobre el Auditorio Justo Sierra es precisamente eso: Una minoría. Según se ha sondeado, la comunidad universitaria conformada por estudiantes, trabajadores y profesores, opina que es tiempo de que el Auditorio y muchos de los espacios ocupados por el CGH regresen a la jurisdicción de las Autoridades Universitarias.Toman pues decisiones respecto a la ocupación de los espacios, el cierre de vialidades y los demás deben acatar porque de acuerdo con ellos: No tienen consciencia crítica (sic) ¿Quién es el pequeño tirano entonces? Lo que es más ofensivo todavía es que se ufanen de que la Universidad es pública y gratuita gracias a su lucha, a su comedor vegetariano, a sus murales horrendos y a sus discursos incesantes; Objetivamente podemos decir que si la Universidad sigue siendo pública y gratuita no es gracias a una facción que habita el Auditorio Justo Sierra y tiene células en el resto de las Facultades de la UNAM, es gracias a sus trabajadores y a las autoridades que hacen milagros con un presupuesto limitado, trabajo respecto al cual rinden cuentas todo el tiempo; así lo hacen también los auténticos estudiantes, cuyo rendimiento es evaluado y resulta sobresaliente; así lo hacen también los profesores e investigadores, especializándose y elevando los estándares académicos a niveles competitivos. Nada de eso tiene qué ver con los ocupantes de un auditorio, ¿algo de lo que hacen ahí contribuye a la Universidad? Concediendo la posibilidad de que así sea, si fuera el caso, no sería posible considerarlo como parte del esfuerzo universitario, pues está exento de auditorías o evaluaciones, es una mónada encerrada en sí, soberbia y jactanciosa respecto a lo que llama autogestión, pero debería llamar autocomplacencia.
Terminó el show, y gritaron un Goya carente de sentido.
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