No es una noticia actual, esta apareció en La jornada en el primer trimestre de este año, antes de la transición entre la actual directora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Dra. Gloria Villegas, y el Dr. Ambrosio Velasco Gómez.
En una anterior referencia a La Jornada, se había mencionado ya esta declaración del Dr. Velasco.
Diría yo que no se trata de un fracaso exclusivamente para el Dr. Ambrosio; en otro momento sería pertinente exponer nuestros puntos de vista, por lo pronto reproducimos aquí la nota de Laura Poy Solano publicada en La Jornada el 1 de marzo de 2009 y que pueden consultar acá en su fuente original.
"Un fracaso, no haber recobrado el Che Guevara-Justo Sierra", admite el director saliente
“Muy riesgoso”, desalojar por la fuerza auditorio de Facultad de Filosofía y Letras
"Sólo un tercio de los estudiantes concluye la licenciatura en el periodo reglamentario", deplora
A ocho años de su nombramiento para dirigir la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ambrosio Velasco Gómez reconoció como “uno de mis fracasos” no haber recuperado el auditorio Che Guevara-Justo Sierra, tomado por un grupo de activistas desde la huelga de 1999-2000, pero advirtió que aplicar una solución de fuerza para su desalojo “implicaría una escisión y polarización”.
Agregó que a su llegada a la dirección de la facultad, en 2001, “tenía la convicción de que podía recuperar el auditorio por medio del diálogo”.
Advirtió que usar la fuerza “sería muy riesgoso, porque volveríamos a una situación de la que nos costó mucho trabajo salir”.
A unos días de dejar el cargo, tras concluir dos periodos como director, destacó que su principal reto fue reconstruir la “confianza y sanar las heridas que dejó el conflicto entre alumnos y docentes, que eran comunidades muy polarizadas, en una de las facultades más estigmatizadas durante el conflicto”.
El resultado, afirmó, es un “florecimiento académico de la facultad, que nos ha permitido incrementar 30 por ciento la matrícula; es decir, hoy tenemos 3 mil 500 alumnos más que en 2001, así como un mayor número de actividades académicas y culturales, además de un crecimiento exponencial en el número de publicaciones académicas, que nos han vuelto a ubicar entre las mejores facultades de filosofía del mundo”.
No obstante, reconoció que que resolver la toma del auditorio será uno de los pendientes que dejará.
Agregó que es necesario mejorar los niveles de egreso, ya que sólo una tercera parte de quienes cursan licenciatura concluyen en el periodo reglamentario, aunque destacó que 80 por ciento de los becarios de bajos recursos de la facultad “logran concluir todas las asignaturas de la licenciatura en cuatro años”.
Añadió: “si bien siempre impulsé acciones cívicas para la recuperación del auditorio, no logré una convocatoria suficientemente amplia en la comunidad”, por lo que el riesgo de polarización en la facultad persiste.
Aseguró que la “última vez que discutimos la carta (para solicitar la recuperación del auditorio) con los cuerpos académicos, me quedé muy preocupado porque hubo división, aunque al final predominó el apoyo a las acciones cívicas, pero sí hubo dos posiciones encontradas, minoritarias, pero no despreciables.
“Una fue de alumnos, que dijeron: ‘no estamos de acuerdo y no los toquen’, y otra, sobre todo de profesores, afirmó que la solución correspondía a rectoría, y decidir si podría haber una solución legal y de fuerza legal.”
El costo de un desalojo, advirtió, “lo percibí perfectamente en los comités académicos, porque estaban en medio dos posiciones opuestas, y son las más activas, las que rápidamente polarizan”.
Apoyo a Morett
Velasco Gómez también destacó que la facultad ha sido “solidaria con situaciones que han lesionado los derechos humanos, principalmente de estudiantes, y lo hemos hecho de una manera muy clara y categórica, y el caso más reciente es el de Lucía Morett.
“A nosotros no nos pueden decir que no estamos preocupados por la realidad social y los derechos humanos. Los ocupantes (del auditorio) no nos pueden decir que no somos conscientes, porque hemos demostrado que sí estamos con los alumnos, y eso gana un respeto de la comunidad”, expresó.
Por ello, insistió en que la facultad “siempre ha sido para mí como una república, con autonomía de pensamiento”, por lo que, como parte de esa comunidad, “continuaré insistiendo, porque ese es mi derecho, por una solución con acciones cívicas para recuperar para todos el auditorio Che Guevara-Justo Sierra”.
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