miércoles, 29 de julio de 2009

¡Gracias por su visita!

La presencia de nuestro sitio ha crecido. Hemos sido enlazados por miembros de la UNAM que comparten nuestro pathos respecto al auditorio y los espacios usurpados, así como por otros habitantes de la logósfera (y blogosfera) que simpatizan con nuestra causa.
Circulan además cadenas de correo donde se invita a la lectura del blog. Iniciadas por nuestro equipo, naturalmente; animadas por los lectores, afortunadamente.
La entrada de hoy se ocupa de un mensaje que circula en la red a través de correos electrónicos, donde se alerta a los internautas no caer en nuestros enredos, pues -se dice- nos mueve el hambre de poder y servimos a las autoridades universitarias. A continuación se atenderá dicho mensaje.
En primer lugar hay qué decir que lo que en dicho mensaje se observa que se visitó nuestro sitio muy a la ligera, que no se leyó su contenido antes de concluirse que se trataba de una de las chocarrerías características de las opresoras autoridades universitarias, y se presumiera respecto a nuestra identidad y aspiraciones inautenticidad, pues no somos sino perseguidores de migajas hambrientos de poder... O algo así.
Diría que es alarmante que nuestros detractores presuman que es imposible tener una postura distinta a la que sostienen ellos sin ser una herramienta de algún organismo represor, pero no me alarma ni me sorprende, es una manifestación del muy irónico papel que juegan los propietarios de los espacios ocupados. "O están conmigo o están contra mi"... Eso mismo decía George Bush no hace mucho. Se observa que quienes se dirigen en cerrazón utilizan retóricas semejantes.
Podemos contar cuando menos tres ironías sencillamente deliciosas (además de que nos hagan publicidad), por ello hemos confrontado palabra por palabra en El coliseo, pueden leer el pleito con lujo de violencia aquí; en este foro nos interesa planear lo siguiente: El sitio persigue la discusión de ideas, sí, pero con mucha pena (bueno... la verdad no tanta) puedo declarar que aunque el debate de las posturas ideológicas, religiosas, emomusicales, sociometafísicas e historioestéticas de quienes usurpan el auditorio Justo Sierra y varios otros espacios de las distintas Escuelas y Facultades de la UNAM, no es la prioridad entrar en debate con ellos. Estamos en apertura, claro que sí. Tan es así que en varias entradas publicadas en este sitio se han atendido las heróicas consignas que victoriosos blanden por los aires en torno a su principal madriguera, el auditorio Justo Sierra, y se seguirán atendiendo.
No hay renuencia al debate o al diálogo. Si conozco a mis colegas tan bien como creo que lo hago, siempre habrá algún necio dispuesto a aguantar el suplicio que ello implicaría.
No, no es renuencia al debate, es simplemente que nuestro blanco principal es el universitario apático, el que cree que no le quita nada que los espacios de nuestra casa de estudios sean arrebatados, el que piensa que es pintorezco que el pasillo de la FFyL y la Biblioteca Central pareciera tianguis, el que sabe que en los toquines del Che Guevara circulan alcohol y drogas, y aunque piensa que no está del todo bien "pus pasa porque está chido".

Créanlo o no, los ocupantes del "Che Guevara" no son el principal obstáculo para el adecuado uso de las instalaciones universitarias; los miembros de la comunidad a quienes no les interesa, son ellos sus principales aliados, ellos nuestro principal desafío.

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