miércoles, 3 de febrero de 2010

La autonomía de los buenos deseos


Mucho gana la autonomía psicológica cuando el trabajo autogestivo del autoelogio substituye al psicoanalista, pues por una parte uno se da ánimos a sí mismo sobre lo bien que hace las cosas y lo bueno de sus intenciones, y por otra sus palabras sirven para esgrimir la buena voluntad que mueve a sus acciones. Nada hay de provechoso en andar por el mundo diciendo que uno es un aprovechado y sujeto de poca fianza. Más se gana en el crédito público y el up grading mercadológico al jactarse como beneficioso a la sociedad. ¿Quién hay que le den pan y llore? ¿Quién tan vil como para ennegrecer el anuncio de bellos fines? Por eso, cuando los secuestradores del auditorio Justo Sierra plantean como fin de su actividad la liberación y como medio para la misma la educación; o cuando proponen practicar el compañerismo, la solidaridad, el apoyo mutuo, el respeto, la coherencia, la seriedad, la disciplina y la humildad -¿no serán valores burgueses?-; o cuando forjan su labor con los martillazos de la honestidad, la crítica y la autocrítica; o cuando se autoexigen autogestiva y autónomamente que su trabajo no pierda de vista la lucha de clases; o cuando un forofo de su organización afirma que un 10 por ciento de los estudiantes del país está dispuesto a transformarlo y que esa transformación, que nadie podrá parar, ya es suceso mundial entre los grupos progresistas; cuando se dice todo eso, ¿cómo criticar? Se necesitaría ser un completo insensato para criticar así como así las buenas intenciones. No es bonito dejar sin ilusiones a los niños; en algo se han de entretener cuando van a ese clubejo llamado universidad. Finalmente, en eso ha venido a dar la tan mentada autonomía universitaria. Mitos aquí y mitos allá, finalmente.

Por los años en que la autonomía universitaria comenzó a ser un mito del progreso, un rector inteligente, de esos que siempre hacen falta, ofreció un discurso destinado a la reflexión universitaria. Para este hombre inteligente no eran incompatibles los deseos de cambio social y la razón de ser de la universidad, al contrario él los pensó como complementarios; sin embargo, como todo hombre prudente, supo distinguir muy bien los límites: uno es el trabajo de la universidad y otro el de los universitarios en la sociedad, cuando se confunden los límites no se hace bien ninguno de los dos, sólo se finge actuar óptimamente y más bien se estropea todo. En el discurso hay un párrafo por demás conspicuo:
“Si se dice que se ha de dar a los alumnos la noción de que es menester modificar profundamente la estructura social contemporánea y restablecer para la vida valores distintos del provecho económico y de la ganancia, hacerles sentir la necesidad de no considerar aceptables las tesis y las doctrinas que no se apoyen en datos objetivos y soporten la crítica racional, inculcarles el sentido de su trabajo como deber de servicio y no como ocasión de fácil medro, entonces no se traerá nada nuevo a la Universidad actual, porque todo su trabajo se apoya precisamente en esos postulados y porque su actitud no es la de defensa de una situación administrativa, sino precisamente la defensa de una estructura adecuada para cumplir esa misión que no se logra con declaraciones, ni con gregaria sumisión a un líder, ni con subordinación a un mandato venido de fuera, sino que debe ser y sólo puede ser fruto libre y responsable de convicción alcanzada en la investigación y en la crítica libres. Para la acción y para la estructuración de partidos políticos, valen la convicción ciega, la autoritaria adopción de un credo, la propaganda hecha a martillazos de retórica. Para formar brigadas de asalto, fuerzas de choque, precisa la subordinación coaccionada a una voluntad única. Para la vida de la Universidad, no es ese el camino, ya que su misión no es actuar ni imponer, sino por definición, investigar y conocer”.

No me opongo, pues, a que los cándidos okupas se crean capaces de cambiar al mundo, pues sueñan desde los inteligentes hasta los idiotas, me opongo a que pretendan que su labor algo tiene que ver con la universidad. ¿O si escribo mis memorias sobre un barco será suficiente para intitularlas “Memorias de un marinero”?

13 comentarios:

Judas Iscariote dijo...

Una característica de los grupos seudorevolucionarios, es la poca crítica que están dispuestos a aceptar y la nula autocrítica.

La intolerancia de los que se dicen tolerantes es una muestra de una especie de daño emocional, que no escatiman en aflorar cuando su oportunismo es protagonista. No por nada un gran hombre dijo: "por sus frutos los conoceréis"

Solo para conocer un poco más, quién fue el rector que dijo lo citado?

Caterina Camastra dijo...

Este tema es para mí bastante difícil. Soy anarquista y creo en la autogestión. También creo en la okupación de espacios. No me gusta nada la idea de un desalojo y menos de un desalojo policial del espacio Che Guevara. Creo que es un espacio que sí está haciendo cosas buenas y útiles (talleres musicales gratuitos, por ejemplo). Dicho esto, tampoco creo que ese espacio esté funcionando de manera óptima. Existe cierta cerrazón y cierto dogmatismo, cierta falta de análisis serio sobre la realidad, amén de la falta de autocrítica. Existe una dosis de oportunismo en algunos personajes que gravitan alrededor del espacio. Sin embargo, llámenme romántica, pero a mí ME GUSTA ir a la facultad y ver un espacio okupado ahí, ver pintas y murales, ver gente que se ve diferente de cómo la norma burguesa dice que hay que verse, recibir folletos que todavía me hablan de algo que quisieran los patrones que hubiera pasado de moda, como la rebeldía... No uso mucho ese espacio, es verdad. He entrado muy pocas veces. Hace unos años habría pasado ahí la vida, pero ahora he cambiado en cierto sentido. Paso más la vida metida en los archivos y las bibliotecas. Pero me reconforta verlos ahí. Me hace pensar (quizás erróneamente) que todavía puede haber esperanza, que todavía puede haber anarquía.

Caterina Camastra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ivo Basay dijo...

Comparto en cierta forma parte de tu parecer. Ciertamente en un mundo como el nuestro es, no diré reconfortante, sino necesario e imperativo que sobreviva en alguna parte el espíritu de rebeldía.

Sin embargo creo que hay formas bastante superficiales de "ser rebeldes". Y desgraciadamente ese es el caso del auditorio Che Guevara en los últimos años.

Nosotros, al menos yo, no estamos en contra de ciertas manifestaciones políticas o ideológicas al interior de la facultad. Estoy de acuerdo en que es loable que los estudiantes se organizen y que de manera autónoma y que gesten proyectos por cuenta propia, no esperando pasivamente a que alguien más lo haga.

En lo que no estoy de acuerdo es en que un grupo de personas traten de imponer su punto de vista y sus reglas sobre un espacio que no les pertenece. Y el problema es que la okupa no es sólo un grupo que propone algunas actividades como las que mencionas, sino que es un grupo que intenta imponer su "ideología" (y lo entrecomillo porque una lectura a sus escritos revela que su sustento teórico y sus bases racionales son muy pobres) a fin de lucrar con las buenas intenciones de gente como tú y como otros.

Gracias por leer y comentar.

Chalo dijo...

Salud por comentario de la compañera.

Yo sólo le quiero preguntar al que escribió la entrada, ¿dónde está la autocrítica de su parte?, ¿por qué no se sicoanalizan ustedes también, y al proyecto estatista que representan?
¿Saben ustedes que el Posgrado en Economía se creó a raíz del movimiento del 68, cuando un comité paritario y asambleario eligió a José Luis Ceceña como director de la entonces Escuela Nacional?, ¿que el primer director de ese posgrado fue un marxista, Enrique Semo, que decidió que en los planes de estudio el materialismo histórico tendría el mismo peso que la economía clásica?, ¿que Soberón su héroe dijo que ese tipo de comités generaban anarquía (que uso tan vulgar y tan mediocre del término)y orientaban a la Universidad por vías políticas ajenas a los sacrosantos fines de la Universidad?. Sí lo saben, claro que lo saben, pero como ustedes dijeron "Se necesitaría ser un completo insensato para criticar así como así las buenas intenciones. No es bonito dejar sin ilusiones a los niños."
Bueno, salud.

Chalo dijo...

Ah como soy pendejo...
¿con el Posgrado de Economía sí estoy contento?, ¿ellos no son herramienta autoritaria y todo el demás rosario de siempre?
Lo dudo.
Por otra parte, no lo crearon nada más con buenas intenciones, y el Posgrado en Economía está en los Padrones Nacionales de Calidad, ¿estará ahí por anarquico?, ¿por vender chácharas en el piso?, ¿por gritar tarugadas por el altavoz?
Definitivamente no.
La Universidad Okupa, es mejor que la universidad de los burgueses, de modo que abandonaré las aulas de la Facultad del PRI y me dedicaré de lleno a mi licenciatura en verborrea y pulicultura en el Auditorio nada más...
Al chile voy muy bien, aunque creo que debería ser una carrera técnica.
Salud.

Chalo dijo...

Exijo a este animal que deje de usurpar mi nombre y de degradarlo con su ignorancia y su panfletería barata.
Lo que queda claro es que no has entendido nada, que eres absolutamente ignorante del contexto y de los términos de la discusión. Te voy a tener que explicar todo desde el principio. Lo que estos propagandistas orgánicos defienden es que debe existir una Universidad puramente académica, sin atisbos de política, porque estos perjudican y desvían a la institución de sus fines. Lo que yo defiendo es que lo puramente académico no existe y que no hay progreso científico sin discusión política, y que la fundación del posgrado en economía como consecuencia del 68 es prueba de ello. Si hoy está tan corrupto como el resto de la Universidad se debe a que desde época de San Soberón, en la Universidad se comenzó a imponer un sistema meritocrático que confiaba ciegamente en que los académicos eran políticamente impolutos y tenían al progreso científico como único fin en la vida. Hoy es claro que no es cierto, que los académicos son corruptos como todo el mundo y que usan el poder que sus méritos les dan para suprimir la disidencia académica. La falta de discusión que ese sistema genera hace imposible el progreso académico que tanto añoran o dicen añorar estas gentes.
Si las tendencias políticas organizadas han dado lugar a instancias académicas de la excelencia del posgrado en economía, las tesis de Soberón que estos señores no hacen sino repetir en cada uno de sus escritos quedan en condiciones de mandarlas a la basura, junto con tu cerradez, tu ignorancia y tu actitud de porro.
Salud.

Ivo Basay dijo...

Chalos:
No hagan eso, nos confunden.

Old Chalo:

Cómo tergiversas los argumentos. El pleito con lo "político" es solamente la discusión de que los intereses de facción no deben estar sobre los académicos. Pero claro que en el contexto de la academia se aborda la política bien entendida. ¿Qué no leíste ñas primeras líneas del último texto que citamos de Paz?

Ah, sí, ya recuerdo: que no lo lees porque no dice nada interesante.

PseudoChalo: me confundes...

Námaste Heptákis dijo...

Voy por partes.

1. Para Judas. Te contesto con gusto, pero advierto de una buena vez a los lectores que tras la respuesta a Judas seguramente los distractores jugarán a que saben argumentar y se irán por la tangente. El rector citado es don Manuel Gómez Morín.

2. Para Caterina. Pues qué bueno que te gusta ver así la facultad, a mí no me gusta, donde tú ves esperanza yo veo decadencia, donde no te gustaría ver un desalojo policíaco a mí me gustaría verlo (sí, muchachos, aquí está dicho y lo sostengo), pero esas diferencias no derivan en descalificaciones: creo que algo podrían aprender de ti los okupas.

3. Para Ivo. No me creo con facilidad eso de la necesidad de sobrevivencia del espíritu de rebeldía: en la indiferencia posmoderna la verdadera necesidad es otra.

4. Para los Chalos.
Primer Chalo. A tu primera pregunta: ya lo he dicho en mis publicaciones anteriores, otra cosa es que no lo haya rodeado de lucecitas para que pusieras atención. A tu segunda pregunta: no te consta que no me psicoanalizo, y en cuanto al proyecto estatista (que considero deberías llamar estatalista) pues no es algo que esté proponiendo, mi fundamento no es la dicotomía que tú piensas. A tu tercera pregunta: para que contesto, si lo que diga no te interesa, tú respondiste solo.
Al segundo Chalo. Pues sí, eso parece. No creo que estés contento, regularmente no te defines, pues si lo hicieras ya no tendrías por donde escapar y dejarías de ser nuestro saltimbanqui particular (¿qué otro blog se da un lujo así?).
Al tercer Chalo. Pues ya no supe quién es el animal, a señal de panfletería barata no es suficiente, ¿podrías dar más pistas? Si la prueba de que no hay progreso científico sin discusión política es el posgrado en economía, me parece que tienes una idea muy pobre de ciencia. ¿La disidencia académica se libra de la corrupción? ¿La derecha, en la que me incluyes, no es una "tendencia política organizada"? Y por último, espero te quede claro que yo nunca hablé de progreso académico.

Ivo Basay dijo...

Námaste:

Estoy de acuerdo, por eso digo "en alguna parte". No cualquiera va a ser rebelde y menos rebelde respecto a cualquier cosa. Sí, tampoco creo que sea ese "espíritu" la cura de todos nuestro males.

Judas Iscariote dijo...

Gracias por responder, interesante saber quien fue el rector que dijo lo citado, no me lo hubiese imaginado.
Por otro lado, qué haríamos sin esos "detractores" que dicen saber argumentar? sin duda este blog no sería el mismo, para bien o para mal, eso sí quien sabe!

Caterina Camastra dijo...

Námaste... Algo me dice que NO ERES de derecha. Ahora bien, fuera del enardecimiento discursivo propio de estas situaciones, ¿de verdad te gustaría ver un desalojo policial en ese espacio? ¿De verdad verdadera? Piénsalo dos veces. Piensa en qué feos, violentos y fascistas son los desalojos policiales. Piensa en lo peligroso que sería que la universidad adoptara eso como medida habitual. Además, yo sí pienso que los del Che Guevara no están haciendo las cosas de manera óptima, pero son compañeros con buenas ideas e intenciones, por lo menos la mayoría de ellos. La tragedia de la izquierda siempre han sido los desgarres internos... y el poder se ríe de nosotros. No, por favor, la policía NO.

Námaste Heptákis dijo...

Por supuesto, Caterina, que no me gustaría como medida habitual, pues va totalmente en contra del espíritu universitario; lo digo únicamente respecto a este caso y, eso sí, si un rector valiente e inteligente de veras garantiza que las buenas ideas e intenciones de algunos okupas tienen lugar en la universidad.
Y ahora el romántico soy yo: espero que tanto el rector, como los okupas y los universitarios en general nos comportemos a la altura.
Gracias por llevarme a aclararlo.