Somos universitarios a favor de la devolución de las instalaciones tomadas por diversos grupos en distintos planteles de la UNAM.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Feliz año nuevo para el Auditorio
En lo personal, el año que viene se antoja lleno de interesantes desafíos y buenos prospectos. Pero hay una cosa que me falta: más y mejores razones para esperar que en el 2011 podremos celebrar el fin de la ocupación ilegal de nuestro auditorio.
Diez años, creo yo, son suficientes para demostrar la irracionalidad y la esterilidad de un "proyecto" -por decirle de algún modo- que nunca dio muestras de ser otra cosa que el producto de un acto de vandalismo, y de las ganas de hacer política gandalla de parte de unos cuantos.
Intentar, a estas alturas, justificar la "labor" de la okupa es un ejercicio de ciega terquedad que sólo puede poner de manifiesto la peor de las inercias mentales: "lo que haga la okupa está bien porque son los buenos, aunque no haga nada".
Hay otras muchas victorias que me gustaría ver que los "activistas" intentaran alcanzar: abrir nuevas líneas de investigación, publicar libros, crear serios grupos de estudio... Demostrar, vaya, que tienen suficiente sal en la mollera como para "okupar" a la Universidad -intelectualmente hablando- y convertirla en la punta de lanza ideológica de la nueva revolución global.
Pero, si van a continuar vendiendo cafecitos, artesanías espurias y comida corrida chafa (lo cual equivale a aceptar que, en realidad, no pueden con el paquete), entonces es mejor que devuelvan las instalaciones. Para hacer lo que hacen, hay bastantes cruceros en la ciudad.
Y para los okupas que aun conserven alguna clase de compromiso auténticamente universitario, les deseo que el próximo año les depare muchos éxitos en sus carreras. Y que ojalá puedan entender que yo no deseo que cambien sus ideales, sino que consideren que lo mejor que pueden hacer por ellos no es seguir atrincherados en un cubículo, sino ser parte de una nueva generación de profesionistas, bien preparados para todo, hasta para cambiar al mundo.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Pública, pública; pero no tanto (dice la Okupa)
Un principio de respuesta iría, creo, por el lado de que hay quienes se niegan a aceptar que aquello que se dice que "es de todos" (en el sentido de que es un bien público) no es, en realidad, propiedad exclusiva de nadie.
En otras palabras, estamos hablando de una propiedad "institucionalizada", cuyo uso tiene que estar sujeto a una serie de reglas muy claras, cuyo propósito es asegurar que su utilización reporte un beneficio social, lo más amplio posible.
En el caso particular del Auditorio Justo Sierra, las reglas a que hago referencia están contenidas en los estatutos universitarios, los cuales, por supuesto, no niego que sean perfectibles; pero considero absurdo pensar que, para hacer más "público" un edificio que ya lo es, haya que empezar por privatizarlo.
Y el hecho de que la Okupa alegue ser "más papista que el Papa" (es decir, más "pública" que la Universidad) no hace mayor diferencia: en último análisis, son un grupo de particulares, quienes, a título personal, proponen un uso alternativo del inmueble.
Las honduras ideológicas de los autores del despojo pueden ser tan profundas como el piélago más insondable de la historia de las ideas; pero nada de eso basta para negar que, a trancas y barrancas, y de la manera más "burguesa" e imperfecta que gusten y manden, la Universidad Nacional Autónoma de México es, desde hace muchos años, pública.
Sí, es cierto que hay quienes tienen más oportunidades de recibir y aprovechar los servicios públicos que ofrece la UNAM; pero eso no es culpa de la institución, y es situación que no se va a arreglar "okupando" sus espacios. La "culpa" de la Universidad es ésta: ser una universidad, un lugar donde el que puede (en todos los sentidos) se va a nutrir del conocimiento acumulado de la humanidad, y luego, si demuestra aptitudes, puede incrementar ese caudal.
"Para todo lo demás", como dice el comercial, está el congreso, los partidos políticos, los sindicatos y demás etcéteras.
Vuelvo a lo mismo: yo no veo la lógica en proponer terminar con una "dictadura" sustituyéndola por otra, cuando lo que nos interesa es (si es que eso es lo que de verdad nos interesa) acabar con todas las dictaduras. Sobre todo cuando, como ahora, nos queda claro que toda dictadura tiene por costumbre generar una aristocracia y, luego, vuelta a empezar -el "fenómeno Napoleón", por así decirlo-.
En este momento, tenemos un auditorio invadido por personajes que, unos más y otros menos, se creen Napoleón; lo cual es, definitivamente, una locura. Y yo, la verdad sea dicha, no soy tan optimista como Settembrini, ese personaje de Thomas Mann que consideraba que se podía "dialogar" con la locura hasta hacerla entrar en razón.
Si la Okupa ya decidió que no va a negociar los términos de su salida, allá ellos.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
miércoles, 15 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
miércoles, 8 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Sobre la base estudiantil que apoya a la okupa
En esta entrega el Dr. Ambrosio Velasco manifiesta su punto de vista respecto a la base estudiantil que apoya a la "okupa".
Al final del video recibe respuesta por parte de Chalito.
lunes, 29 de noviembre de 2010
miércoles, 24 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
La policía en la otra esquina, por favor
Tal vez, si lo que estuvieramos proponiendo, fuera contar con la presencia de un oficial armado en cada salón de clases, las 24 horas del día, yo podría entender las objeciones de los "libertarios" a ultranza. Pero, por supuesto, nadie está hablando de eso.
De lo que sí estamos hablando, es del hecho irrefutable de que la UNAM contiene, y es en sí misma, una enorme riqueza patrimonial que es propiedad del estado mexicano. Y tiene, además, la obligación de proteger y hacer buen uso de dicha riqueza.
Al parecer, la autoridad universitaria (con el gracioso -vaya chiste- consentimiento del sindicato) ha decidido sustituir -de manera que me parece injustificable, legalmente hablando- la presencia de los cuerpos policiales preventivos con una corporación de vigilancia interna: la famosa "Seguridad UNAM"; con lo cual, entre otras cosas, ha logrado solidificar aun más la ficción de que los universitarios vivimos en una burbuja de impunidad.
¿Estoy proponiendo que a los okupas "les echen la policía", por usar su colorida expresión -una de las tres que contiene su vocabulario-? Por supuesto que sí, y estoy en todo mi derecho de proponerlo, además, simplemente porque para eso existe la policía, para ir a poner orden donde la propiedad privada de cualquier ciudadano, o la propiedad pública de todos los ciudadanos, esté siendo atacada.
Claro, los abusos de la autoridad no son cosas que se deban tomar a la ligera; pero tampoco hay razón, ninguna en absoluto, para tolerar los abusos de la ciudadanía, por más universitaria que esta sea.
martes, 16 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
sábado, 6 de noviembre de 2010
Unos días antes de la asamblea
Risss. Raz.
Quizás deberían escribir un soneto; aunque dudo que tengan tiempo para líricos caprichos literarios, pues los delegados del naciente movimiento seguramente apenas tienen tiempo para hacer todo lo que se requiere para mejorar la calidad de vida de los estudiantes universitarios.
¡Y se requieren tantas cosas para que uno pueda estudiar como dios manda!: comida, libros, copias (pero no cámaras de seguridad). Además, hacen falta mayordomos sindicalizados (graciosa concesión a favor de quienes nacieron para servirnos) que le limpien a uno los excusados, le saquen las copias, le preparen la comida (y se la sirvan) y den servicio en la biblioteca (pero que no le obstaculicen a uno su sagrado derecho de hacer lo que le dé la gana).
-El subjuntivo Credo Revolucionario, al parecer, sólo contiene oraciones medio pasivas y pronombres (o prohombres) no reflexivos-
Por fortuna, los delegados aun no se han percatado de que existe otro mundo de cosas que se necesitan para formar, no sólo a un buen profesionista, sino, en general, un ser humano decente. Cosas como cultura, responsabilidad, capacidad argumentativa, conciencia crítica, nobleza, honorabilidad... Porque, puede ser que uno no nazca "malo"; pero tampoco se hace uno bueno de la noche a la mañana,por ejemplo, cuando es admitido en una escuela de estudios superiores, por obra y gracia del Espíritu Santo.
Y digo que es fortuna, porque, de haberlo descubierto ya, esos pobres delegados estarían hoy al borde de un colapso nervioso, porque no hay amito que pueda mandarle a sus sirvientes, por más numerosos y sindicalizados que sean, que vayan, encuentren y le traigan ninguna de estas cosas.
Sin embargo, dicen los delegados, es necesario empezar por lo básico: "primero, que nos traigan la comida, los libros, las copias y los mayordomos agremiados, y después vemos qué onda con lo demás".
Yo dudo de la racionalidad del orden de sus factores: si le sirvo un plato de huevos rancheros, muy temprano en la mañana, antes de que se vaya a sus clases, a un mal estudiante, ¿puedo confiar en que va a convertirse en un buen alumno, digamos, a eso del mediodía?
Puesto de otra forma, ¿no sería más justo distribuir el subsidio que se pide entre quienes de verdad necesitan ayuda extra para hacer bien su trabajo, que es estudiar?, y ¿no sería más útil hacer del plato de sopa un incentivo para "activar" a todos aquellos alumnos que necesitan un "empujón" para cumplir con sus responsabilidades?
Y es una pena que tantos universitarios vivan convencidos de que es de fascistas hablar de disciplina, orden, responsabilidad. Y es una pena, también, que tantos universitarios vivan convencidos de que la mejor universidad es la que da más y exige menos. Y es una pena que tantos universitarios vivan convencidos de que ser joven -con perdón- es estar condenado (temporalmente, al menos) a ser pendejo.
En todo esto, sin embargo, se equivocan; sobre todo, en lo último: yo he tenido la fortuna de conocer a muchas personas, incluso muy jóvenes (y algunas muy viejas), críticas, inteligentes y discusitivas.
¿"Puros derechistas", dijo usted, señor Delegado? Ja ja ja, se equivoca una vez más: los hay, por si no se había dado cuenta, de todos los colores del arcoiris. Será que escasean en los círculos que usted frecuenta, y por eso tiene ideas tan simplistas a propósito de la naturaleza del hombre.
La complejidad humana, la suma de nuestras impredecibles e irrepetibles individualidades, es un tesoro, un legado que ha sobrevivido a todo: guerras, catástrofes naturales y tiranías de muy variada especie. Y a un sinnúmero de asambleas, también.
Dice el "movimiento" que su objetivo es luchar contra la pobreza, combatir la injusticia, acabar con la desigualdad. En otras palabras, quiere reformar a la humanidad, convertirla en una especie incapaz de crear o causar ninguna de esas cosas. Facilitarle (con un plato de sopa, unas copias y muchos sirvientes) su tránsito hacia ese estado (o Estado) en el cual nadie volverá a "portarse mal". Aunque el hecho es que el hombre amará y odiará, activa y alternativamente, su humanidad hasta el fin de su historia.
Pero el movimiento quiere convencernos de que puede hacer algo al respecto, armado con un puñado de patéticas reformas.
Mas el ser humano no es un producto rediseñable. Lo cual significa, en primer lugar, que tenemos que aprender a aceptar lo que somos y lo que hacemos, sea "feo" o "bonito", sea "malo" o "bueno".
Y, en segundo lugar, que lo único que podemos realmente hacer por nosotros es aprender a explotar mejor las capacidades que tenemos. Una en particular: la conciencia. Debemos crear las condiciones para que cada vez más sujetos puedan percibir y explorar la red que conecta a todos con todo. Una parte de esas condiciones son de naturaleza, digamos, "física" (la torta, los libros, las copias). Pero las hay otras, no menos importantes, de otra clase, como el orden y la disciplina, la exigencia y el compromiso.
El movimiento está pidiendo más facilidades para los estudiantes. Pero las facilidades, en ausencia de orden, disciplina, exigencia y compromiso, no son otra cosa que lujos, caprichos, prebendas.
Y ellos lo saben.
Manifiesto unitario
(A propósito de la reciente encuesta de cinco puntos realizada por la asambleaffyl)
Yo, que soy una sola persona, y no mil setecientas cincuenta y cuatro (pero tan universitario, al fin y al cabo, como -creo- cualquiera de ellas), digo: estos resultados tienen tanta representatividad, como legitimidad tiene la "Asamblea FFyL". Es decir: ninguna.
Al menos para mí, que, repito, me asumo como uno, y no mil setecientos cincuenta y cuatro.
Y, lo que es peor, este "ejercicio" no puede siquiera presumir de tener congruencia; porque, en la opinión de este "desensamblado", aislado, a-representativo "yo", no hay nada más incoherente que el discurso que habla exigencias mientras calla responsabilidades.
Demande la "ASAMBLEA FFyL" (tan mayúscula, tan nutrida) lo que quisiere; pero que quede claro que no hablará por mí. Eso, jamás.
II.
Para la "ASAMBLEA FFyL" yo no cuento: no soy "sí", ni "no", ni "no sé", ni "nulo". Soy -si lo pueden entender- lo que está fuera del "TOTAL DE 2037 VOTOS" (rojos, rotundos, mayúsculos).
Vengo después de sus prolijas sumas y restas. Fui antes de sus convocatorias. Estoy, sin duda, por debajo de sus espectativas y me estimo por encima de sus consignas.
El punto ciego de sus análisis: no me pueden ver, pero, desgraciadamente, existo.
III.
Este manifiesto fue aprobado, por una/nimidad, el 17 de octubre de 2010, y ratificado hoy por la mañana, justo antes del desayuno, y no pretende representar el sentir de ningún colectivo; aunque, quizás, pueda ser su mensaje compartido por otros universitarios. Tal posibilidad no se descarta.
jueves, 4 de noviembre de 2010
La fuerza de la ley y la ley de la fuerza
Dice el primer anónimo: "Ya es hora de recuperar el Auditorio, pero sin violencia. Somos más", después de aplaudir el que "Ambrosío" "no busque la confrontación". El siguiente anónimo (que parece ser del mismo autor, aunque ahora la nota está "firmada" por "Josè L") "reitera": "¡somos más! ¡somos universitarios! queremos a la Universidad y nosotros mismos podemos sacarlos" (mis negritas), y termina recalcando: "es hora de actuar sin policía, bombas, porros, armas, ejércitos... siempre seremos más".
A partir de estos ejemplos -y de otros que podemos encontrar en discusiones pasadas en este blog-, es fácil descubrir que estamos ante un viraje argumentativo que señala la adopción de una (relativamente) nueva táctica por parte de los simpatizantes de la ocupación.
El primer punto de la nueva agenda es, indudablemente, "homologar" el uso de la fuerza pública con las ideas de "violencia", "ataque", "agresión", con el objetivo de "disuadir" a todos aquellos que consideramos que la intervención justificada de la policía en un caso como el de la ocupación ilegal del Justo Sierra (la flagrancia del delito creo que es observable -como perceptible es la fragancia de la okupa- a kilómetros de distancia), está en las antípodas de la "barbarie", el "salvajismo" y el "espíritu anti-universitario" que aterroriza -según ellos- a los anónimos pacifistas.
En segundo lugar, el nuevo "plan" busca animarnos a hacernos justicia por nuestra propia mano, y organizar un asalto popular al Palacio de Invierno de la okupa, seguido de un linchamiento de "activistas", cuyo éxito está garantizado, claro, porque "siempre seremos más".
En resumidas cuentas, se trata de una vulgar provocación.
Por supuesto, no se me escapa que "Josè L" dice que "[a]hora sólo hay que demostrarles en que estado tienen el Auditorio, sus malas actividades, su lucro, sus mediocres actividades lucrativas". Ciertamente, si tomáramos esta propuesta fuera de contexto, quizás la única crítica que podría hacérsele es la de señalar su inocencia, pues, como dice el refrán, "no hay peor sordo que el que no quiere escuchar", y vaya que los okupas se han preocupado de llenarse de cera las orejas (o se han cuidado de no sacársela). Sin embargo, no hay nada inocente en este tan civil llamado; antes lo contrario: de lo que se trata es, otra vez, de enredarnos en una infinita serie de "discusiones" con los culpables del despojo, para que esos sujetos puedan tener oportunidad de seguir distribuyendo sus proclamas, al mismo tiempo que se las dan de "democráticos". Negocio redondo.
Y no voy a pedir que nadie se engañe, porque no creo que alguien pueda caer en una trampa tan barata. Lo que sí voy a pedir, de nuevo, es que se acaben los anónimos.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
jueves, 28 de octubre de 2010
Un "no" (aunque sea uno) es demasiado
Trashímaco (por todos los buenos): Sí.
Sociócrates: Les queda claro que somos cobardes. ¿Me equivoco?
Trashímaco (por todos los correctos): No.
Sociócrates: Les queda claro que somos poquitos. ¿Es así?
Trashímaco (por todos los sanos):Por supuesto.
Muy bien: está claro. Todo está muy claro. Pero, a mí me queda una duda (esto lo dice "Leyva", o Leyva, o "yo", o alguien): ¿por qué se preocupan tanto por lo que dicen unos cuantos cobardes, un puñado de mediocres, media docena de insulsos?
Sólo puede haber una razón: porque, para ellos, con uno sólo que piense diferente, es demasiado.
("Alguien" pasa la cicuta).
Un solo universitario "panista" es demasiado. Un solo universitario en contra de la okupa es demasiado. Un solo universitario que "denigre la otredad" -SILOGISMO ALERTA SILOGISMO ALERT...: si la okupa son los Otros, no hay otros "otros" ...A- es demasiado.
"Demasiadooo" (no lo pueden creer). "De ma sia do" (se atragantan). "¡Demasiado!" ("¡saquen a los niños, por favor! Mujeres y ancianos, primero").
Unanimidad + uniformidad + univocidad = universidad. El álgebra diáfana del progreso ortogonal. Pitagorismo político: "sólo se permite sumar conciencias con números reales; se prohibe sacar raíces cuadradas de números ideológicamente irracionales. Sopa del día: fideos".
"¿Dos se puede, señor fiscal?" "No, señor Falsósofo: 'dos', es demasiado".
Y no ser "uno" con la "mayoría" es peligroso, porque uno se hace automáticamente culpable de todo lo que la "mayoría" detesta: uno es filopanistacriptopriistaprotoperredistamediocretontolimitadomiopeintolerante nazifascistaburguésdesclasado"de derecha"(o "de Derecho")conservadorporfirianoestalinistafranquistapapistajudas(o judío)herejeysantiguado.
Y, lo peor, le va a las Chivas. Y eso está de Pánico (por ungulado).
Será por eso que democracia sólo hay una. Será por eso que como la UNAM no hay dos ("No puede haberla, no lo permitiremos").
La Asamblea Ática ya dio su veredicto. Se levanta la sesión.
Ahora, cantemos todos el himno monódico de la Revolución, Única e Indivisible.
sábado, 23 de octubre de 2010
¿Qué se ha hecho por tratar de recuperar el Auditorio Justo Sierra?
En esta entrega, el Dr. Ambrosio Velasco relata las acciones que durante sus gestiones como Director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM fueron promovidas con el fin de acondicionar el Auditorio Justo Sierra y abrirlo al uso de la comunidad universitaria.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Para despejar una ecuación...
Reivindicar está de moda en la UNAM, todos lo sabemos; y para lograrlo se organizan asambleas, encuestas democráticas y diálogos públicos; se avientan piedras, se echan choros y se pegan carteles chicos y grandes, escritos con tintas de todos los colores del arcoíris. Pero, ¿con qué se come eso de "reivindicar"?
Dice el diccionario de la RAE que "reivindicar" es "reclamar algo a lo que se cree tener derecho" (mis negritas).
Me gusta la definición, y en torno a ella haré mi comentario.
Obviamente, lo que le pone sabor a esta definición es la sugestiva perífrasis verbal "creer tener"; porque una cosa es que a uno le parezca que tiene derecho a esto, a aquello y a lo de más allá, y otra, que puede ser muy distinta, que uno tenga argumentos para probarlo.
Tomando esto en cuenta, me parece que es claro que el orden de los factores de la "ecuación reivindicatoria" definitívamente afecta el producto, y dicho orden es el siguiente: primero, demuestro que tengo derecho de recibir algo, después, lo exijo y, por último, recibo una respuesta. Después, si la respuesta es negativa, entonces armo un alboroto de los mil demonios.
Ahora bien, en el caso concreto de las recientes peticiones estudiantiles, lo que los solicitantes tienen que demostrar es su derecho a que la UNAM les dé todo lo que están pidiendo.
Recalco: la UNAM.
Y hago esta aclaración porque, si lo que quieren es recibir comida, fotocopias y hartos libros, a precios ínfimos o, de plano, de gratis, por la sencilla razón de que existen; entonces, tengo que decirles que le están ladrando al árbol equivocado: esa obligación -si es que la hay- le corresponde a sus padres o tutores (o a ellos mismos, si deciden aceptar la misión). PERO, si insisten en que es la UNAM la que tiene que soltar el dinero (porque ellos son sus "estudiantes"); entonces, tenemos que considerar un par de cosas, antes de ponernos exigentes.
Para empezar, la UNAM no está obligada a darnos nada que no tenga relación directa con sus objetivos; lo cuales, en tanto que institución de enseñanza superior, se resumen en formar profesionistas de alto nivel.
Por otra parte, la UNAM no tiene hijos que mantener, ni puede tenerlos (mas que en sentido metafórico), por razones que me parecen evidentes.
Aclarado estos puntos, podemos proseguir. Si lo que se pretende es que la institución nos dé algo (comida buena, bonita y barata, por ejemplo), primero hay que demostrar que, al hacerlo, va a conseguir que sus objetivos se cumplan de manera más eficiente. Y no nos dejemos engañar con la lógica simplista de que "si el estudiante no come se muere"; porque alimentar a x o a y es cosa que no le compete a la Universidad, como ya hemos dicho; mientras que darle de comer a x o a y EN sus instalaciones y a SU costa, sólo se puede justificar si demostramos que, al hacerlo, está mejorando su rendimiento, como institución. Además, ojo, no hay dormitorios en CU, así que no hay peligro inminente de que algún estudiante perezca por inanición: los que vemos en el campus, de alguna forma se las están arreglando para comer.
Pero demostrar que los estudiantes necesitan aun más apoyos de los que ya reciben sería muy sencillo: bastaría con que los "colectivos" utilizaran su fabulosa capacidad organizativa y, durante un par de años, combatieran la deserción y el ausentismo, y aumentaran promedios e índices de titulación, con sus propios recursos.
Las consignas -ya que están tan acostumbrados a ellas- no podrían ser más simples: cuando puedas, comparte la torta, invita el café, rola el libro. Si alguien puede llevar una laptop, que la preste un rato (total, el internet, gracias a la RIU, ya es gratuito en la Universidad). Si tiene coche, que le dé un aventón a la "banda" hasta el metro (medida muy ecológica, por cierto). Si es chipocludo en alguna materia, que dirija un círculo de estudio.
Y eso, mis estimados, es darle la vuelta a la tortilla: hacer las cosas sin depender de la buena o mala voluntad de la "autoridad".
Finalmente, después de dos años de esfuerzos bien empleados, no quedaría más que la sencillísima tarea de organizar un encuentro con "los de arriba" para decirles: "señores, si quieren que todo siga funcionando así de bonito -y aquí están los numeritos para probarlo-, cáiganse con los siguientes subsidios".
Y si te mandan por un tubo, ¡qué importa! Ya sabes, 'ora sí, cómo organizarte, no para protestar, no para volarte un auditorio, no para hacer una marchita más, sino para hacer que las cosas pasen.
Pero por eso es que uno no ve revoluciones todos los días: porque pedir... siempre es más fácil.
viernes, 15 de octubre de 2010
¿Por qué la okupa?
En esta entrega el Dr. Ambrosio Velasco Gómez manifiesta su opinión respecto a la autenticidad de los motivos que la "okupa" esgrimió para justificar su presencia en el Auditorio Justo Sierra.
viernes, 8 de octubre de 2010
Justo Sierra y la UNAM
1948 fue un año de festejos para la Universidad Nacional Autónoma de México. Se cumplía el centenario del natalicio del fundador Justo Sierra Méndez, quien había sido declarado Maestro de América. El 25 de enero los restos de Sierra fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres en el panteón de Dolores. Sus restos fueron velados en el salón El Generalito de la Escuela Nacional Preparatoria.
Ese mismo año se comenzaron a publicar las obras completas de Justo Sierra 14 tomos, el último de los cuales salió en el año de 1949. Fue un proyecto dirigido por Agustín Yáñez y en él participaron José Luis Martínez y Edmundo O´Gorman. En 1993, a la obra completa se le añadió el tomo 15 que consta de un epistolario.
La UNAM ha editado otras obras completas como las de José Gaos, Samuel Ramos o José Joaquín Fernández de Lizardi; sin embargo, las obras de Justo Sierra fueron un reto editorial por el tiempo tan corto en el que se reunieron, organizaron, anotaron y se llevaron a cabo los procesos técnicos de edición, impresión y encuadernación.
En las obras completas encontramos mucho de muy variados temas. Poesía, cuento, teatro, ensayos, crónica de viajes, historia, alegatos jurídicos y propuestas educativas. Fue un hombre sumamente ilustrado, digno heredero de su padre el escritor Justo Sierra O’Reilly (1814-1861).
En 1952 se inauguró la primera librería universitaria en las instalaciones preparatorianas del Antiguo Colegio de San Ildefonso en el centro de la Ciudad de México. Fue llamada Justo Sierra y cerrada este año 2010 por bajas ventas. Otra librería que se estableció en Campeche y fue llamada Justo Sierra, también cerró a pesar de los esfuerzos del Instituto de Cultura de Campeche.
Realmente los lugares que han tenido el nombre de Justo Sierra son maltratados. El ejemplo más vergonzoso es el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM llamado Justo Sierra y que fue renombrado por los estudiantes universitarios de 1968 como “Che Guevara”. Hoy esa instalación está tomada por un grupo de personas externas a la institución que malviven boteando y están dedicadas al vandalismo violento.
Los del “Che Guevara” dicen que el auditorio es un espacio de trabajo autónomo, anticapitalista, autogestivo e independiente; un espacio de resistencia histórica. La verdad es que se apropiaron ilegalmente de propiedad de la UNAM, de una parte de su patrimonio; y lo usan incluso para la venta de droga y para negocios particulares como el mantenimiento de un maloliente comedor vegetariano.
El anterior rector Juan Ramón de la Fuente no quiso desocupar el auditorio Justo Sierra y el actual rector José Narro siempre le ha tenido miedo a los grupos de seudo-estudiantes. Su política es cerrar los ojos y voltear a otro lado. El pasado 2 de octubre pintaron, golpearon, rompieron y derribaron la estatua del águila y la serpiente que se encontraba en la explanada de la Facultad de Derecho y no ha pasado nada. No hay autoridad.
Narro declaró respecto a la inseguridad que vive el país: "no se resuelve de la noche a la mañana, no habrá una varita mágica, ni una receta inmediata, milagrosa, que nos permita atender esto. Tenemos que trabajar intensamente”. Pero él esta esperando que por arte de magia se resuelva la situación de la violencia en la UNAM.
Justo Sierra tiene muchas frases citables. Una de ellas es: “México es un pueblo con hambre y sed. El hambre y la sed que tiene, no es de pan; México tiene hambre y sed de justicia”. La UNAM tiene hambre y sed de justicia.
Camilo Ayala Ochoa
miércoles, 6 de octubre de 2010
¿Quién es el verdadero culpable?
miércoles, 29 de septiembre de 2010
2010: ¿Tienen vigencia las demandas del CGH?
martes, 28 de septiembre de 2010
Una UNAM libre
sábado, 25 de septiembre de 2010
¿Qué sucedió en la UNAM en 1999?
En esta entrega menciona las que a su juicio fueron las causas del conflicto que diera origen a la huelga del ´99, presunta causa eficiente de la ocupación -todavía vigente- del Auditorio Justo Sierra y otros espacios Universitarios.
Permanezca sintonizado para próximas entregas.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
¡Eureka!
Todo mexicano que ha mostrado capacidad en su labor, es automáticamente un privilegiado, y las instituciones públicas deberían desatenderse de él para concentrase en aquellos que no tengan esa característica.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Justo Sierra, figura clave del centenario de la UNAM: Milenio
José Narro, el actual rector de la casa de estudios, recordó que con ese propósito la institución que encabeza diseñó fórmulas para romper “las torres de marfil” sin desnaturalizar los proyectos académicos.
Justo Sierra Méndez es conocido como Maestro de América por el título que le otorgaron varias universidades del continente.
Fue hijo de Justo Sierra O’Reilly, eminente novelista e historiador, y de doña Concepción Méndez Hechaza Reta, hija de Santiago Méndez Ibarra, quien jugó un papel importante en la política yucateca del siglo XIX.
A la muerte de su padre, acaecida en 1861, siendo casi un niño, Sierra Méndez se trasladó a la ciudad de México donde, después de sus brillantes estudios, se relacionó con los mejores poetas y literatos de ese tiempo, entre ellos, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Acuña, Guillermo Prieto, Luis G.Urbina, poetas de la Revista Azul y de la Revista Moderna.
A partir de 1868 publicó sus primeros ensayos literarios; en el Monitor Republicano inició sus “Conversaciones del domingo”, artículos de actualidad y cuentos que después serian recogidos en el libro Cuentos románticos.
En 1871 se recibió de abogado. Fue varias veces diputado al Congreso de la Unión, lanzó un proyecto que sería aprobado en 1881 y que daba a la educación primaria el carácter de obligatoria.
En ese mismo año fue aprobado su proyecto para fundar la Universidad Nacional de México. Tardaría sin embargo 30 años para verlo convertido en realidad.
Desde 1892, expuso su teoría política sobre la “dictadura ilustrada”, pugnando por un Estado que habría de progresar por medio de una sistematización científica de la administración publica.
Presidió la Academia Mexicana, correspondiente de la española.Influyó también en los escritores Luis González Obregón y Jesús Urueta.
“Es la educación”, decía, “la que genera mejores condiciones de justicia, educar evita la necesidad de castigar”.
Justo Sierra fue también Ministro de la Suprema Corte de Justicia en 1894, de la que llegó a ser presidente.
Ocupó posteriormente importantes cargos en el gabinete porfirista como subsecretario de Justicia e Instrucción Pública y ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, entre los años 1901 y 1911.
Contando con la cartera de este ministerio puso en práctica hacia 1905 su anhelado proyecto: dar a la educación primaria el carácter de nacional, integral, laica y gratuita.
En lo político, supo ser amigo de Porfirio Díaz sin ser su adulador y Díaz lo respetó siempre como a un hombre superior.
Poesías, cuentos, novela, narraciones, discursos, doctrinas políticas y educativas, viajes, ensayos críticos, artículos periodísticos, epístolas, libros históricos y biográficos, forman el valioso legado que dejó Justo Sierra a las siguientes generaciones.
Justo Sierra Méndez falleció en Madrid, España, a la edad de 64 años, el 13 de septiembre de 1912.
domingo, 29 de agosto de 2010
¡CHE Narro!: Crónica de una evasión anunciada
Escuche aquí el plan de trabajo de José Narro para recuperar el Auditorio Justo Sierra.
martes, 24 de agosto de 2010
Re-cuento (I): Hechos
lunes, 16 de agosto de 2010
No a la impunidad
martes, 10 de agosto de 2010
Apertura de cursos en Filosofía y Letras
...De ella (de la labor humanística) no puede venir para los espíritus sino salud y paz, educación humana, estímulo de perfección.Y la Escuela de Altos Estudios podrá decir más tarde que, en estos tiempos agitados, supo dar ejemplo de concordia y de reposo, porque el esfuerzo que aquí se realiza es todo de desinterés y devoción por la cultura. Y podrá decir también que fue símbolo de este momento singular en la historia de la educación mexicana, en el que, después de largas vacilaciones y discordias, y entre otras y graves intranquilidades, unos cuantos hombres de buena voluntad se han puesto de acuerdo, sacrificando cada cuál egoísmos, escrúpulos y recelos, personales o de grupo, para colaborar sinceramente en la necesaria renovación de la cultura nacional, convencidos de que la educación -entendida en el amplio sentido humano que le atribuyó el griego- es la única salvadora de los pueblos.
martes, 3 de agosto de 2010
Que no le digan, que no le cuenten... pásele, puro producto de calidad, ¡garantizado!
"Si uno se asoma a la oficina de desarrollo tecnológico de la Universidad de Harvard se encuentra con una enorme tienda de patentes e inventos. No nos podemos resignar a ser un país consumidor de patentes foráneas. Tampoco a que las universidades privadas se limiten a educar administradores locales de esas patentes, ni a que las públicas produzcan sólo mexicanos conscientes que lo denuncien a perpetuidad."
lunes, 26 de julio de 2010
No hay mal que dure cien años
sábado, 22 de mayo de 2010
Reiteraciones
Javier Yankelevich nos ha compartido su investigación sobre lo que él llama el conflicto por el control del auditorio Justo Sierra. Ahí, él expone de manera objetiva –considero que es un decir, pues por una parte al final del escrito se revela creyente de esa religión romántica de nuestro tiempo, destructora de la posibilidad del juicio y aniquiladora de la objetividad, aunque por lo mismo numen venerable para los relativistas morales, llamada historicismo; en tanto que por otra el uso de los verbos declarativos en las distintas citas clarifican sus simpatías y diferencias- una parte de la historia del conflicto y las motivaciones simbólicas de los actores del mismo. Una de esas motivaciones es el llamado “mito unamita”. En su exposición noto la omisión de un elemento aquí ya expuesto con anterioridad: la concepción de la universidad como un Estado dentro de un Estado, o bien la reproducción de los problemas del país al interior de la universidad –en una expresión más cercana al autor del estudio-, mediante la cual se ha suprimido la posibilidad de concebir la instauración del orden en los confines de la misma. Es decir, los universitarios no sólo creen que la UNAM es una institución de excelencia, matriarcal y mesiánica, sino que también la creen inmaculada: tanto siendo libre de pecado como permaneciendo intocada. Por esta arista del mito unamita se ha vuelto realmente difícil en la discusión sobre el auditorio el planteamiento de la posibilidad de que se reinstaure la potestad del mismo a la administración universitaria mediante la violencia; o dicho a la manera en que aquí fue expuesto: se ha malentendido la autonomía. No por nada la autonomía es reducida, en el trabajo aquí referido, a una nota al pie (pág. 54), mientras que vuelve a ser mencionada solamente al paso y de manera incidental (pág. 87). Por esta comprensión errónea de la autonomía universitaria, y la consecuente cerrazón a discutir las ideas de Antonio Caso y Manuel Gómez Morín, se ha vuelto tabú postular una solución violenta al secuestro del auditorio. Por ello, además, el análisis del conflicto se sitúa en el difícil campo de la incomprensión de las partes, igualmente cerradas y al mismo tiempo igualmente válidas para participar en el diálogo resolutorio del conflicto. Por ello, además, el autor ha creído que el conflicto es entre dos grupos de poder que se disputan el control de un espacio. Por ello, también creo que el autor quedó encerrado en su propio mito.