sábado, 22 de mayo de 2010

Reiteraciones

Javier Yankelevich nos ha compartido su investigación sobre lo que él llama el conflicto por el control del auditorio Justo Sierra. Ahí, él expone de manera objetiva –considero que es un decir, pues por una parte al final del escrito se revela creyente de esa religión romántica de nuestro tiempo, destructora de la posibilidad del juicio y aniquiladora de la objetividad, aunque por lo mismo numen venerable para los relativistas morales, llamada historicismo; en tanto que por otra el uso de los verbos declarativos en las distintas citas clarifican sus simpatías y diferencias- una parte de la historia del conflicto y las motivaciones simbólicas de los actores del mismo. Una de esas motivaciones es el llamado “mito unamita”. En su exposición noto la omisión de un elemento aquí ya expuesto con anterioridad: la concepción de la universidad como un Estado dentro de un Estado, o bien la reproducción de los problemas del país al interior de la universidad –en una expresión más cercana al autor del estudio-, mediante la cual se ha suprimido la posibilidad de concebir la instauración del orden en los confines de la misma. Es decir, los universitarios no sólo creen que la UNAM es una institución de excelencia, matriarcal y mesiánica, sino que también la creen inmaculada: tanto siendo libre de pecado como permaneciendo intocada. Por esta arista del mito unamita se ha vuelto realmente difícil en la discusión sobre el auditorio el planteamiento de la posibilidad de que se reinstaure la potestad del mismo a la administración universitaria mediante la violencia; o dicho a la manera en que aquí fue expuesto: se ha malentendido la autonomía. No por nada la autonomía es reducida, en el trabajo aquí referido, a una nota al pie (pág. 54), mientras que vuelve a ser mencionada solamente al paso y de manera incidental (pág. 87). Por esta comprensión errónea de la autonomía universitaria, y la consecuente cerrazón a discutir las ideas de Antonio Caso y Manuel Gómez Morín, se ha vuelto tabú postular una solución violenta al secuestro del auditorio. Por ello, además, el análisis del conflicto se sitúa en el difícil campo de la incomprensión de las partes, igualmente cerradas y al mismo tiempo igualmente válidas para participar en el diálogo resolutorio del conflicto. Por ello, además, el autor ha creído que el conflicto es entre dos grupos de poder que se disputan el control de un espacio. Por ello, también creo que el autor quedó encerrado en su propio mito.

2 comentarios:

Chalo dijo...

Yo no sé aún si la postura de Námaste sea o no tomada en cuenta en el trabajo de Javier. No me extrañaría que la respuesta fuera negativa, porque esa postura tiene la ventaja de ser radicalmente honesta (no por ello correcta) y por ello más bien minoritaria. Al decir que la Universidad no es un Estado dentro del Estado, su intención no es negar ese hecho, sino arremeter contra la idea de que la intermediación dialógica de intereses sea un recurso válido para solucionar las problemáticas internas de la institución. La ontología unidiriccional, de arriba a abajo, que le atribuye a la Universidad; la idea de que no es sino un proyecto del estado cuya santidad altruísta autoriza que operen en su interior los criterios de la razón de estado, y no los de la tensión entre la sociedad política y la civil. La conflictividad en la universidad no debe, según él, de existir, porque sólo entorpece el proyecto estatal. Námaste no entiende que no hay espacio alguno de la vida del estado en el que no haya conflictos. Dentro del ejército mismo hay atisbos de la lucha de clases. El Estado, y sus proyectos son relaciones de dominación en las que necesariamente interviene la resistencia.
La autonomía, por su parte, es el compromiso universitario de que esa tención no sea solucinada nunca por la vía violenta, a cambio de que el Estado no intervenga en la solución de los problemas que de ella dimanan. No otra cosa quería la derecha cuando se negó a aceptar el proyecto de la educación "socialista", aunque después traicionara (como siempre) y organizara grupos de choque armados para cobatir a los que con las ideas la había vencido.
Salud.

Javier Yankelevich dijo...

A los lectores del blog:

He redactado una respuesta larga al post en respuesta al cual este comentario se escribe. Me resulta en extremo incómodo el formato de "comentarios de blog" para publicarla, por lo que la he cargado en Internet. Puede descargarse haciendo clic en el siguiendo vínculo (.doc, 40kb).

http://www.fileden.com/files/2009/8/19/2549035/Respuesta%20de%20JY%20a%20N%C3%A1maste%20%2824-may-2010%29.doc

Lamento los inconvenientes.